Sugerencias del gourmet / Grato placer

AutorG.L. Othón

A pesar de las desviaciones que originó "Alex", decidí aventurarme junto con mi socio, quien radica en el extranjero, para celebrar anticipadamente el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución en el Barrio Antiguo, precisamente en el Barra Antigua.

Anteriormente, había una hostess que asignaba los lugares, que al parecer por recorte de personal ya no está, así que nos recibió el capitán de meseros, un argentino de nombre Eduardo, quien nos dirigió a la mesa, pero fue tal nuestra sorpresa que había gente fumando en su interior, y al cuestionarle, dijo que el área de no fumar estaba en la terraza, cuando pienso que debería ser a la inversa. En fin...

No quedé muy conforme con la explicación de que a veces fuman y otras no, porque se supone que ya entró en vigor la Ley Antitabaco, donde a los fumadores los aíslan, por eso pedimos la mesa más lejana a ellos.

Inmediatamente nos llevaron totopos y cinco variedades de salsas: Molcajeteada, verde, habanera (que está muy picosa), macha (siendo ésta de las más ricas, pues es preparada con chile cambray y especias) y otra a base de chimichurri, cuyas recetas las guardan celosamente.

Mi socio pidió un tequila tradicional y yo un vodka Gotland, que al igual que el ron Matusalem, están en promoción durante septiembre por aquello del Bicentenario, al dos por uno.

Luego pedí una sopa de lenteja mexicana, la cual no estaba muy caliente, como me gusta, pero su sabor no me convenció, a pesar de que el plátano macho le dio un sabor dulzón. Pero el taco de carnitas de ternera, acompañado con cilantro, cebollas blanca y morada en escabeche, resultó exquisito y muy bien servido.

La especialidad de este restaurante son las carnitas de cerdo, tan buenas como las de ternera.

Mi acompañante optó por los tacos de camarón con cuitlacoche; vienen cuatro en tortilla de maiz, picositos. Predominó más el hongo que el marisco, ya que traía muy poquito, por ello no fueron de su total agrado, a pesar de que les untó una salsa cremosa que venía en el plato.

El siguiente platillo fue el de los ribaicitos al molcajete, que es rib eye sazonado en delgadas láminas, con una cama de aguacate encima de una tostada, muy suaves y deliciosos.

Como nos quedamos con antojo de más carne, y a sugerencia del capitán, pedimos un novedoso platillo llamado barbachera, que es barbacoa de arrachera. La verdad, nos la sirvieron en su punto, tiernita, en ollita de barro con cilantro y cebolla, lista para rellenar las...

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