Sugerencias del gourmet / Una fusión espléndida

AutorG.L. Othón

"Sé como el agua, si está en una taza, toma la forma de una taza, si en una botella se convierte en la botella... el agua que fluye nunca se estanca", aconsejaba Bruce Lee para aprender artes marciales y también para la vida, según la filosofía oriental.

Así pareciera hacerle Oriental Grill, restaurante ubicado en Pabellón M, que se unió a John Ham's y fluyen juntos en un menú asiático pero entre hamburguesas gourmet y pizzas.

Un local bien presentado, con el toque oriental clásico pero detalles modernistas y eclécticos, añaden el aire de desenfado, práctico y ameno.

Las entradas van desde nachos, papas buffalo o palitos de queso hasta brochetas, calamares, espárragos o dumplings. Ordenamos estos últimos y nos llegaron cinco, rellenos de puerco con alto sazón de jengibre en salsa de soya y ostión que hicieron un buen inicio.

A pesar de que nos saltamos la sección de ensaladas, que hubieran venido bien después de las fiestas decembrinas, queremos destacar que ofrecen una gran variedad de opciones e ingredientes.

Lo que no quisimos saltarnos fue el Arroz Frito a la Oriental, un bowl muy bien servido y en su punto, al que dan sabor con nuez de la India, hojuela de almendra, vegetales y toques de cacahuate, bien pudiera ir al centro porque le va a gustar a todos con quien compartas mesa.

La comida oriental siempre traerá a la mente -y al plato- los noodles, y pedimos el Chow Mein con res y el Buddha al camarón. Los tallarines nos parecieron muy cumplidores y su salsa de soya ensambló perfectamente sus vegetales en correcto balance de sabor.

También se destacó el Mongolian, que quizás resulta un poco escaso y aparte llega servido en una loza estrecha, más como charola al centro que como platillo principal, pero su salsa de ostión dulce-picante reúne estupendamente pollo y res para un plato muy disfrutable.

Ya envueltos en el estilo oriental solicitamos el rollo King Crab, que no tuvo crab (cangrejo), pero sí resultó king: la textura del arroz (punto clave y elusivo para muchos chefs) era muy buena y el salmón envuelto en queso crema y aguacate, junto al surimi frito y toques de cebollín dieron un bocado delicioso.

El platillo más lucidor fue el pollo a la piña, donde el chef luce precisamente un corte de precisión ninja, presentando la mitad de una piña a lo largo llena de pollo crujiente sazonado con chile de árbol, cebolla y su salsa entre trocitos de la fruta. No te lo pierdas.

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