Sugerencias del gourmet / Una fiesta veracruzana

AutorG.L. Othón

"Iluminó su destello, todita la región, dijo el sabio Salomón, sólo Veracruz es bello".

Así va un son jarocho, y así decimos tanta gente que hemos tenido ocasión de caer en el embrujo de tan emblemático Estado.

¿Habrá mejor forma de ver lo bello de Veracruz que a través de su gastronomía?

Tal vez, pero aquí somos aficionados al buen comer, y en agosto del 2017 conocimos La Papanteca, orgullosa muestra de la cocina jarocha, que bajo la sazón de doña Silvia Gabriela y su hija Gabriela deleitan paladares en la Colonia Mitras Norte.

Como sabíamos que su hijo Rubén hacía poco abrió su restaurante, teníamos que conocer al resto de la familia y fuimos a La Quesería de Ozuluama, allí en la Plaza Regia, casi frente a Soriana Contry.

Ozuluama (del náhuatl Ocelomatl, "amate de tigre") es una ciudad ubicada en la parte llana de la región de la Huasteca Alta, al norte de Veracruz.

Las especialidades de La Quesería son exclusivas del sábado y domingo, con la barbacoa o los tacos de borrego, su consomé respectivo y el platillo insignia: zacahuil (del náhuatl "bocado grande"). Es el tamal de los tamales, receta de los dioses prehispánicos y herencia cultural, suficiente hasta para 100 comensales, básicamente carnes y adobos entre masa sazonada, todo envuelto en hojas de plátano.

Comenzamos con la entrada de quesos: un gran plato de mimbre con generosas porciones de queso panela, de hebra y molido, acompañado de salsa de chile morita y frijoles negros. Viene tan bien servido, que costea no acabarse todo, tomar un respiro y pedir el resto para llevar.

Continuamos con los sopes veracruzanos. Los pedimos surtidos, de cecina, adobo de puerco, picadillo y chinameca; son cuatro, y no esperes el sope estilo gordita, sino una especie de chalupa suave con sus guisos, frijoles negros y el excelente queso panela, deliciosos.

También pedimos los bocoles, esos sí son parecidos a las gorditas, pero descubrimos que la masa está sazonada con hierbas. En su punto, hasta la masa sola estaba sabrosa. Los pedimos de chuleta, longaniza, deshebrada y adobo de puerco, ¡los cuatro desaparecieron!

Volvimos a pedir el refresco "esquis" que embotelló la fábrica La Pureza allá por 1912 en Tampico, y que es tradicional también en el norte de Veracruz y San Luis Potosí.

De postre elegimos los pemoles, que se parecen a un polvorón pero en forma de rosca. Esos se estilan en los Altares de Muertos allá en Ozuluama. Nos acordamos del pay de leche y no...

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