Sugerencias del gourmet / Como en casa de los abuelos

AutorG.L. Othón

Quien come bien, duerme bien, piensa bien y, sin que seamos médicos, podemos dar diagnóstico de que su salud estará bien. Ahora que un virus nos apremia a unir cuerpo-mente-alma en un escudo inmunológico, comer representa mucho más que sólo quitarse el hambre: hay que nutrir la mente deleitando el alma.

Y para procurarse salud con la comida, uno tiene que agregarle un ingrediente exótico antiestrés: el tiempo. Y hay lugares donde comer relajado y sin prisas se puede lograr fácilmente, pues la vida transcurre a otro ritmo: así es la querida Villa de Santiago.

Aparte de las grandes firmas restauranteras de su plaza principal, dirige tus pasos hacia los lugares de verdadero ensueño. Tal es el caso de La Casa de Doña Inés, a sólo una cuadra de la Plaza por la calle Juárez, bajando hacia el sur hasta la esquina de la calle Del Pueblo.

El alimento se come primero por los ojos al verlo en el plato, y así come primero la vista con el lugar cuando hay junto tanto deleite. Te sentirás como si entraras a casa de los abuelos: la decoración y el mobiliario parecen sacados de un buen libro "de antes".

Una fresca y revitalizadora mañana nos llevó a comenzar con el Machacado a la Mexicana, bien servido en alegre plato de barro; ni picoso ni tímido; acompañado de sus refritos y cebollita morada, magnífico para abrir boca.

La misma buena mano tuvo también el Menudo en su cazuelita consentida, de buena sazón, sin acidez alguna, pero con su personalidad de orégano y garbanzo, picosito y colorado, como invitando a pedir otro igual.

No tardaron en llamarnos la atención los Huevos Santiago Mágico, y no nos equivocamos: fueron la nota alta pues a esos estrellados les ponen buen queso, una gentil salsa, jamón y, sobre todo, los mandan bañados con frijoles del jarro.

¿Qué tendría de notorio algo tan sencillo como unos molletes? Pues aquí no sólo el buen queso, les ponen veneno y trocitos de chile colorado, frijolitos con su toque de comino y un salpicón de traviesa salsita roja.

Igual de sencillos parecerían los Chilaquiles Tradicionales, pero aquí destaca el punto de su tortilla no remojada...

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