Sugerencias del gourmet / El argentino del Barrio

AutorG.L. Othón

Neuquén es una provincia argentina homónima de su capital y del río que le da nombre. Región de la milenaria Patagonia y vecina de los Andes, de gran riqueza natural, en lengua araucana significa atrevida, audaz, arrogante. Usar una voz tan sonora y significativa para nombrar a un restaurante merecía visita.

De muy céntrica ubicación, en Doctor Coss y Allende, el local es sobrio, de luces tenues y velas con cera derretida.

Su menú es muy completo. Presenta entradas, ensaladas, pastas, empanadas, tortas argentinas, pizzas, cortes de carne y postres.

No ofrecen entremés, pero la atención inmediata de la anfitriona y nuestro servicial mesero hicieron no extrañarlo y con prontitud degustamos la Picadita, una tabla de quesos (suizo, Chihuahua y de cabra), viandas (el siempre delicioso jamón serrano, salami y jamón Virginia), aceitunas aliñadas y pan recién horneado, ¡excelente inicio!

Indispensable uno de los lujos que cualquier argentino va a apreciar y con justa razón a presumir: el chimichurri, fantástico acompañante de todos los platillos.

No es muy común en nosotros pedir pizza, pero nos atrajo la Córdoba, de excelente horneo y crocante orilla. Lleva mozzarella, cebolla morada, trozos de picaña, aguacate y salsa de chile pasilla. ¡Desapareció de inmediato!

Seguimos con una pasta a la crema: espaguetti al dente en salsa blanca de champiñones, jamón y pimienta negra que cumplió, pero le faltó más personalidad.

Igualmente la lasaña a la boloñesa, que llega en un elegante acero, pero queda a deber sazón en su salsa de tomate, tan abundante que ahoga el resto del platillo.

Imperdibles las empanadas: la Mate, que es la típica de picadillo, aceitunas, cebolla cocida y un toque huevo duro; y la Chencha, que es de carne de puerco adobada al pastor y mozzarella.

Lo que quizás desconcertó más fue la picaña, que esperábamos fuese un alarde argentino y se quedó en milonga porteña: le faltó cantidad y acompañamiento, y tuvimos que pedir una ensalada para ello, que sorpresivamente resultó una genialidad.

Nuestro tinto seleccionado fue un...

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