Sugerencias del Gourmet / De afinar detalles...

AutorG.L. Othón

En esta ocasión, más que una crítica, me gustaría darle a esta reseña un enfoque de consejo, por supuesto, si lo aceptan de este humilde servidor que tiene, como uno de sus mayores placeres, disfrutar al máximo desde la planeación hasta los comentarios finales de las visitas a los restaurantes.

Sé de antemano que me apresuré al ir a visitar el Poncianos, un establecimiento que, estoy seguro, puede llegar a tener mucho éxito, si es que lo quieren conservar como restaurante familiar y no como una elegante cantina.

La primera y no muy agradable experiencia que experimentamos aquí es que, al llegar, casi fuimos recibidos por unas edecanes de una marca de cerveza que, por favor, casi parecían teiboleras, pues además de que su indumentaria era muy ajustada y bastante descubierta, era de color dorado con rojo, y de su pequeño top pendían unas hileras de algo así como piedras de colores.

No es que sea muy conservador, pero me impactó mucho esa recepción en un restaurante que se dice familiar. Mi esposa me preguntó que si estaba seguro de que ella podía entrar, que si no era un bar. Tardamos unos minutos en sobreponernos y en eso vimos a algunos niños y señoras sentados en las mesas de la entrada.

Les comento que me apresuré, ya que todavía tienen pendiente terminar algunas cosas de las instalaciones, como los baños y algunos otros detalles. Y también me imagino que imprimir los menús de una manera más seria, no hechos en computadora.

Bueno, eso es lo de menos, pues a pesar de esas pequeñas carencias, el servicio es muy bueno. Tampoco puedo decir que los baños estén mal, sino que se ve que instalaron equipo sólo para dar servicio y, próximamente, los van a dejar igual de elegantes que el restaurante.

El lugar tiene una vista impresionante, unos detalles de decoración de buen gusto y está instalado cerca de donde estuvo el tan controversial edificio de apartamentos de lujo que, antes de estrenarse, fue derribado, allá por el rumbo de Colinas de San Jerónimo.

Esperando que nos sirvieran las bebidas, empezamos a ver el menú y, por supuesto, revisamos muy bien todo el local.

El área del bar es abierta, así que casi parece ser la misma zona del restaurante; sería mejor que hicieran algo para dividirla un poco, de modo que si uno está comiendo con la familia, no tengamos que escuchar todo lo que se dice en un bar, en donde además de tener prendidas las pantallas gigantes viendo algún deporte, están jugando dominó.

Llegó lo que ordenamos para entrada, para...

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