Soldados del civismo
| Autor | Luis López |
Cada compás que marcan sus tambores, cada nota que entonan sus clarines y cada paso que marchan con sus trajes de gala lleva firmemente impreso el orgullo de campeones y el amor por la Patria.
Para los jóvenes que integran la Banda de Guerra y Escolta de la Secundaria Técnica No. 48 Lic. Genaro Salinas Quiroga, representar a su escuela en actos cívicos es, más que otra actividad escolar, una enorme responsabilidad.
Desde su fundación en el 2003, la banda y la escolta, también conocidos por el nombre de su mascota, Lobos, han obtenido primeros, segundos y terceros lugares en concursos nacionales, e incontables triunfos estatales y regionales.
El ensamble logró su victoria más reciente en mayo al triunfar en el certamen nacional realizado en Querétaro por la asociación "3 de Diana", organización que busca promover valores cívicos con concursos de banda y escolta.
En el instante en que se gritó el nombre de la banda como ganadora absoluta de la competencia, los integrantes estallaron en euforia, saltando y corriendo a recibir el trofeo, recuerda Marisol Padilla Pérez, de tercero de secundaria, quien toca la caja, o tarola.
"Se sintió muy bonito porque todo el esfuerzo que hiciste durante todo el ciclo escolar para llegar a ese momento, todos los sacrificios al final valieron la pena, y eso explotó en un muy bonito sentimiento de orgullo", cuenta la joven de 14 años.
El grupo no sólo celebra su éxito, sino que lo mantiene con años de fomentar la cultura del patriotismo.
Ubicada en la Colonia Parques de la Talaverna, en un sector popular de San Nicolás, la Secundaria Técnica No. 48 luce muros limpios, aulas equipadas y espacios exteriores cuidados.
Desde su llegada al plantel en el 2003, cuando fueron invitados a montar ahí una banda y escolta, los hermanos Óscar y Carlos Franco implementaron el modelo de formación de su natal Ciudad Juárez.
En el Tecnológico de esta ciudad, de la que se mudaron para venir a Monterrey en 1998, existe una tradición de cerca de medio siglo de esta actividad, con una camada de instructores que, como ellos, se han dedicado a formar más ensambles escolares.
Luego de intentar sin éxito montar bandas en otros planteles, los chihuahuenses encontraron su hogar en la secundaria nicolaíta, donde si bien existía antes un programa de banda, tenía grandes limitaciones, entre ellas instrumentos en pésimo estado y experiencia casi nula de los alumnos.
"Yo llegué a sacar ratones muertos de adentro de los tambores, y de lo...
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