'Solamente nos queda encomendarnos a Dios'
| Autor | Gabriel Talavera y Ángel Charles |
Vivir en una colonia conflictiva, abandonada a su suerte por las autoridades, sólo deja un camino a muchos de sus habitantes: encomendarse a Dios.
Y es que mucha gente nace, crece y muere en sectores tradicionalmente considerados como puntos de riesgo y nunca ven acciones oficiales efectivas para cambiar el rumbo social de estas zonas.
Colonias que hace 20 años llenaban con sus historias cada semana las notas rojas de los medios lo siguen haciendo hoy y con casos más alarmantes.
El fenómeno de la delincuencia organizada y el narcotráfico han elevado aún más lo bravo de muchos barrios.
Unos vecinos recurren a la Policía y sólo en algunas ocasiones ven que sus quejas son atendidas, pero el consenso es que en la mayor parte de los casos el uniformado teme enfrentar a pandilleros y delincuentes.
Entre la Policía... y la inseguridad
"La verdad da mucho miedo vivir aquí, vemos a la gente que se pelea a cada rato", dice una habitante de la Colonia Moderna. "Le intentamos llamar a la Policía, pero nunca llega, hasta la gente ya se desilusiona.
"La única solución, lo que nos queda, para enfrentar esta situación, es encomendarse a Dios".
Y esta colonia no está en la periferia, sino a unas calles del Primer Cuadro de Monterrey y hay algo que suena aún más desalentador: ahí se localiza el Cuartel General de Seguridad Pública del Estado.
Encerrados a piedra y lodo
Si las autoridades no acuden al auxilio a muchos vecinos no les queda más que tomar sus precauciones y encerrarse en sus viviendas.
Don Paco, habitante de la Colonia Valle de Infonavit, dice que esto ha sido originado por las mismas autoridades municipales, pues desde hace años no acuden a los llamados de emergencia.
Esta colonia es una de las 10 más conflictivas de Monterrey, según reportes de la Policía regia.
El vecino, de 72 años de edad, y 33 años de vivir en el sector, se vio obligado a colocar un par de puertas metálicas en la entrada de su vivienda.
La Coyotera cambia 'poquito'
En la Colonia Garza Nieto, señaló Margarita Cervantes, los índices de inseguridad, la venta de droga y la prostitución han disminuido, pero falta mucho por hacer.
"(La colonia) ya no es tan conflictiva como más antes,", expresó, "aunque de repente se pone muy feo".
Cervantes, quien vive en el sector conocido como "La Coyotera" desde hace 35 años, confiesa que su familia ha aprendido a vivir con el peligro.
"Ya aprendimos a vivir con muchachos conflictivos... ya de tanto vivir aquí a uno lo respetan", comenta.
Ya...
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