Sobresale su ingenio arquitectónico
| Autor | María Fernanda Torres |
Alejandro Velasco Nazaret puso en práctica sus habilidades como arquitecto para combinar distintos elementos dentro de un espacio y logró una propuesta viable.
Esto le dio al alumno de noveno semestre de la carrera de Arquitectura del Tec de Monterrey el primer lugar nacional en la edición 32 del premio a la Composición Arquitectónica Alberto J. Pani 2016, realizado en meses pasados.
Alejandro participó en las dos etapas que integran el concurso, considerado el más importante a nivel estudiantil y organizado anualmente por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El certamen tiene como finalidad reunir a los mejores estudiantes de las instituciones afiliadas a la Asociación de Instituciones de Enseñanza de la Arquitectura de la República Mexicana (ASINEA) para que en cuatro semanas propongan soluciones a problemáticas del espacio habitable a través de la composición arquitectónica.
"Este premio representa un escalón más en mi carrera porque es el premio más relevante en México a nivel estudiantil", expresa el joven de 23 años. "Me ha abierto muchas puertas con arquitectos reconocidos".
Actualmente, Alejandro realiza una intercambio de seis meses en Skidmore, Owings and Merrill (SOM), una firma de arquitectura e ingeniería estadounidense, en la oficina de San Francisco, California.
TRABAJO ARQUITECTÓNICO
El concurso consta de dos etapas: una corta de una semana y otra larga de tres semanas.
La primera etapa se desarrolla en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, y la segunda en una de las instituciones perteneciente a la ASINEA. En esta ocasión la sede fue la Universidad La Salle de la Ciudad de México.
En la etapa corta se seleccionan los cinco mejores trabajos que pasan como finalistas a la segunda etapa, en la cual se elige el primer lugar y se otorgan cuatro menciones honoríficas.
El año pasado participaron 53 estudiantes de arquitectura del País con propuestas que giraron en torno al tema de salud.
"En la primera etapa desarrollé un pabellón de salud para ayudar a colonias de escasos recursos", explica el oriundo de la Ciudad de México.
"En la segunda fase hice una escuela experimental de ciencias de la salud. Y lo interesante fue buscar una relación entre el pabellón y la escuela".
Su principal reto, comparte Alejandro, fue el tiempo limitado.
"Fue mucha presión resolver todo en tres semanas, desde la distribución, los temas de fachadas, los detalles...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba