'Siento el dolor de mis acciones'

AutorMaría Luisa Medellín

HUNTSVILLE.- Un día gris y lluvioso fue el último que José Ernesto Medellín vivió sobre este mundo.

Como en los últimos 15 años que pasó en prisión condenado a muerte, despertó a las primeras horas del alba.

Antes de las 9:00 horas recibió a sus últimas visitas en la prisión de The Wall: Su padre Venancio Medellín, su abuela Eleuteria Almendariz y su hija Anel, de 16 años.

Su madre, María Felipa Rojas no acudió, pues el lunes por la tarde ya se había despedido de él.

Después de siete años de no verlo por una disposición penitenciaria, ya que él compartió con ella y su papá un supuesto plan de fuga que no se concretó, no pudo abrazarlo, sólo tenerlo frente a sí tras un cristal, algo que llenó de rabia momentáneamente a José Ernesto.

Aunque él no pidió una comida en especial, le llevaron canapés y bocadillos.

También estaba renuente a confesarse, pero pudo hablar con un consejero espiritual que lo acompañó en la cámara de la muerte, donde el final de su vida llegó a las 21:57 horas.

Su ejecución estaba programada cuatro horas antes, pero la Suprema Corte de Justicia retrasó el procedimiento al negar la apelación que la defensa de Medellín Rojas había interpuesto la semana pasada.

Mientras se decidía la hora de su muerte, bajo una lluvia copiosa que cedía por momentos, unas dos decenas de manifestantes gritaban oponiéndose a su ejecución entre ellos Mirna Aceituno, madre del hondureño Heriberto Chí, quien tiene fecha de ejecución dentro de dos días.

Algunos otros acudieron a apoyar a los familiares de las víctimas adolescentes Elizabeth Peña y Jennifer Ertman, quienes fueron violadas y estranguladas por Medellín Rojas y su pandilla la noche del 24 de junio de 1993.

Unos minutos antes de que llegara la ejecución del originario de Nuevo Laredo, tres representantes de medios de comunicación entraron a la prisión como testigos. Ya estaban ahí los abogados de Medellín Rojas, Sandra Babcock y Donald Donovan, así como su amiga Sandra Chrisp.

Por parte de la familia de las adolescentes estaban Randy Ertman, padre de Jennifer y Cristina Almaraz, su mejor amiga. Ella tenía apenas 14 años cuando fue asesinada; y Adolfo y Melissa Peña, padre y madre de Elizabeth, entonces de 16.

A las 9:48...

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