Reportaje/ Un sexenio detrás de la rejilla

AutorVíctor Fuentes

EL NORTE / México

Este sexenio fue el de la fotografía detrás de la rejilla de prácticas. Y los fotografiados fueron celebridades: ocho empresarios, seis Generales, seis banqueros y 12 servidores públicos de alto nivel. Nunca como en estos seis años se volvió rutinaria la persecución penal de presuntos delincuentes de alto perfil. Reformas legislativas y constitucionales fueron impulsadas para garantizar el encarcelamiento de los sospechosos, y el Gobierno de Ernesto Zedillo hereda más de 20 litigios de impacto público a Vicente Fox.

Para Miguel Sarre, director del Centro de Estudios de Derecho del ITAM y especialista en materia penal, la tónica de los últimos años fue clara: "al inculpado hay que agarrarlo, hay que detenerlo, y hay que tenerlo en determinadas condiciones y en prisión preventiva".

"La foto detrás de la rejilla se volvió importante para la opinión pública, que desinformada sobre la naturaleza del proceso penal, presionó a los órganos del Estado para ver a la gente en la cárcel, pretendiendo como un triunfo judicial tener a un señor tras las rejas, y no ganar los procesos", afirma Alonso Aguilar Zinser, penalista que defendió a varios acusados de alto perfil.

La avalancha comenzó pasado el mediodía del 28 de febrero de 1995. En un comunicado de tres líneas, la Procuraduría General de la República (PGR) -entonces a cargo del panista Antonio Lozano Gracia-, anunció la detención de Raúl Salinas de Gortari y su inmediato traslado al penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez.

Hasta ese momento, los tres principales casos, ya en litigio, eran por desfalcos financieros y habían sido heredados del sexenio de Carlos Salinas: El fraude de Eduardo Mariscal en Grupo Havre, y los autopréstamos de Carlos Cabal Peniche en Grupo Cremi-Unión y los hermanos Madero O'Brien en Grupo Pragma.

El salinismo había tenido sus perseguidos, pero los había dividido en dos bloques: Al principio del sexenio -Joaquín Hernández Galicia, Eduardo Legorreta Chauvet-, y al final, con los casos bancarios.

Con Zedillo, después de la caída de Raúl Salinas, vinieron las acusaciones contra empresarios por fraudes fiscales, contra más banqueros por manejos cuestionables, contra servidores públicos incluso, por primera vez, al nivel de un subsecretario de estado en funciones -Sigfrido Paz Paredes-, y en febrero de 1997, contra el último de los reductos antaño intocables: El Ejército.

Jesús Gutiérrez Rebollo, uno de los Generales de División más influyentes de la...

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