Sergio Sarmiento / Segunda vuelta

AutorSergio Sarmiento

"Si vives lo suficiente te darás cuenta de que toda victoria se convierte en una derrota."

Simone de Beauvoir

La estrategia de Andrés Manuel López Obrador para obtener la Presidencia de la República en la "segunda vuelta" tiene una parte legal y otra política.

El tabasqueño y su equipo han centrado su esfuerzo legal en lograr el recuento de todos los votos. La razón es clara. En una elección de casi 42 millones de votos, decidida por apenas 244 mil sufragios, el 0.58 por ciento, es muy probable que haya un número suficientemente grande de errores para modificar el resultado. Quizá este recuento no le garantice la victoria a López Obrador, pero cuando menos vuelve a poner la moneda en el aire.

El problema de esta estrategia es que la ley no considera la apertura de paquetes más que en un número muy definido de circunstancias. El Tribunal Electoral puede ordenar el recuento de votos, pero necesita un sustento legal para hacerlo.

Otra opción es buscar la anulación de un número suficientemente grande de casillas. Los perredistas concentrarán sus esfuerzos de anulación, por supuesto, en las casillas en que el PAN consiguió victorias más amplias. López Obrador ha hablado ya de impugnar 55 mil de las 130 mil casillas del País. Sería necesario que se anulara el resultado de unas cuatro mil casillas de mayoría panista para eliminar la ventaja de 244 mil sufragios que tiene Felipe Calderón.

Ante esta estrategia el PAN podría simplemente cruzarse de brazos, con la esperanza de que el Tribunal rechace las anulaciones de las casillas panistas, o buscar, de manera preventiva, anular casillas en que el PRD ha obtenido un mejor resultado para compensar las anulaciones que pudieran afectar su total.

El PRD tiene también la posibilidad de buscar la "nulidad abstracta". Si bien el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) no considera causales para la anulación de la elección presidencial, el Tribunal ha anulado dos elecciones para gobernadores, la de Tabasco en el 2000 y la de Colima en el 2003, bajo el criterio de que las condiciones generales impidieron una elección equitativa. Estas anulaciones obligaron a la realización de nuevas elecciones: pero en ambas el partido cuyo triunfo fue anulado en la primera vuelta, el PRI, resultó ganador en la segunda.

Quizá por estos antecedentes, el PRD dice que no buscará la anulación de los comicios de este 2 de julio. No parece interesado en una nueva elección, sino en que se le reconozca...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR