Sergio Sarmiento / Puras promesas

AutorSergio Sarmiento

"Por cada promesa hay un precio que pagar."

Jim Rohn

Es una feria de promesas. Nadie toma nota del costo al erario. El propósito de la campaña no es ofrecer un buen programa de Gobierno, sino simplemente comprar votos. En esto las cosas no han cambiado en milenios. Las campañas de Julio César y otros políticos a cargos públicos de la Roma antigua eran muy similares a lo que hoy vemos en el Estado de México.

Los candidatos prometen eliminar la tenencia vehicular, subsidiar el transporte público, dar becas a los jóvenes, otorgar apoyos a personas de la tercera edad y madres solteras. ¿Cuánto cuestan estas promesas? Nadie se molesta en contabilizarlo. Las elecciones se ganan haciendo promesas, ofreciendo regalos a los electores. Nadie quiere saber las consecuencias de aplicar estas promesas.

Si un país pudiera prosperar a base de subsidios y regalos electorales, México sería desde hace mucho tiempo la nación más rica del mundo. Pero no es así. Países como Grecia, en que los gobiernos han acostumbrado a los ciudadanos a recibir regalos, hoy se dan cuenta de que su aparente prosperidad se desmorona. Los países que están creciendo, como China y Corea del Sur, son los que generan una mayor cultura de inversión y de trabajo.

La campaña política del Estado de México nos demuestra uno de los peores aspectos de la democracia. Las características que hacen de una persona un buen candidato no son las mismas que la convierten en un buen gobernante. Los grupos políticos que controlan el voto de mucha gente exigen tratos especiales a cambio de sufragios. No hay incentivos para que en campaña se ofrezcan programas que realmente lleven a la construcción de una economía más próspera. Los votantes no quieren escuchar que la riqueza se obtiene con trabajo, sacrificios y ahorro. En cambio aplauden las ofertas de subsidios, becas, apoyos sociales, tratos especiales, bicicletas, lavadoras o costales de cemento.

Nadie revisa las implicaciones de las promesas. Eliminar la tenencia para automóviles significa, por ejemplo, que quienes no tienen dinero para adquirir un vehículo privado deberán financiar los servicios, como calles, semáforos y demás, que requieren quienes sí alcanzan a comprar...

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