Sergio Sarmiento / Difamación

AutorSergio Sarmiento

"El mundo llama inmorales a los libros que le explican su propia vergüenza".

Oscar Wilde

Hace apenas unos días la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad una iniciativa para despenalizar la difamación. La idea de los legisladores era evitar que se siga utilizando la amenaza de cárcel en contra de periodistas que sólo han cometido el delito de informar con verdad sobre asuntos de interés público. No hay duda de que el caso de Lydia Cacho, la periodista que fue detenida en Cancún y llevada con ánimo intimidatorio a Puebla, pesó poderosamente sobre el ánimo de los legisladores. Por eso el voto fue de 361 diputados a favor y ninguno en contra.

El problema es que casi todos los casos de difamación se dirimen en el fuero común por lo que la despenalización a nivel federal carece de implicaciones prácticas. De ahí la necesidad de que esta modernización a la ley se haga en cada una de las entidades de la Federación.

En el Distrito Federal todo parecería listo para dar ese paso. El dictamen ya está preparado y tiene el respaldo de la mayoritaria fracción perredista en la Asamblea Legislativa así como de la Procuraduría General de Justicia y de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.

Pero a partir de que un grupo de diputados del PRI se opuso a la iniciativa, a pesar de que su partido votó sin problemas a favor en la Cámara de Diputados federal, la nueva ley se ha quedado atorada en la Asamblea Legislativa. El problema es que ésta es la última semana de la legislatura. Si la iniciativa no se aprueba ahora, es difícil saber lo que podría pasar en el futuro. En septiembre entrará a la Asamblea una nueva camada de diputados. Y éstos tendrán agendas distintas a las de los actuales legisladores. La oportunidad de aprobar esta enmienda al Código Penal, de hecho, podría perderse definitivamente.

La actual legislación sobre difamación en el Distrito Federal, como en el resto de las entidades de la Federación, resulta inaceptable. Es evidente que la sociedad debe tener la capacidad de castigar la calumnia y la difamación. Pero en otros países más avanzados esto se hace por la vía civil y no por la penal. Lo único que hicieron los diputados federales el 18 de abril, o lo que harían los del Distrito Federal en caso de despenalizar la difamación, sería colocarnos en línea con muchos países desarrollados que han considerado que los delitos contra el honor deben castigarse en los códigos civiles.

Nuestra actual legislación hace responsable del delito de...

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