Sergio Sarmiento / La conciliación

AutorSergio Sarmiento

"La política es conflicto, pero también cooperación...; es confrontación, al tiempo que es conciliación".

Gilberto Rincón Gallardo

Es bueno ser agradecido. Este jueves se festejó el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, una celebración entrañable que surge del agradecimiento por la terminación de la cosecha en las viejas sociedades agrícolas.

Un día antes el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador compartió el pan con el todavía Mandatario Enrique Peña Nieto. El supuesto propósito de la comida era puntualizar detalles de la inauguración, pero en su cuenta de Facebook López Obrador añadió que la reunión se realizaba "en plan amistoso porque le agradezco sus atenciones".

Quizá sorprenda esta actitud amigable. Durante años López Obrador ha acusado a Peña Nieto de corrupción y de ser parte de una mafia del poder que no tenía más propósito que saquear al País.

Hoy el discurso ha cambiado. No solamente ya no escuchamos descalificaciones o insultos, sino que hay un compromiso para no investigar posibles actos de corrupción.

La política debe ser conflicto, pero también conciliación. A final de cuentas todos somos mexicanos y, a pesar de nuestras diferencias, debemos cooperar en la búsqueda de políticas que permitan la construcción de un México más próspero y más justo.

Pero la política no puede ser nunca garante de impunidad. No podemos aceptar una cacería de brujas, como muchas que hemos visto en el pasado, pero tampoco el perdón por actos de corrupción.

López Obrador le dijo este 21 de noviembre a Carmen Aristegui: "Mi idea de punto final es: han abusado, han habido (sic) latrocinios, ha sufrido mucho nuestro pueblo, predomina la corrupción, lo que veas tiene que ver con la corrupción".

Su argumento para no emprender acciones por estos supuestos actos de corrupción, sin embargo, es que habría que "enjuiciar a Salinas, a Zedillo, a Fox, a Calderón, a Peña Nieto... Habría demasiado escándalo, demasiado".

El escándalo no debería ser razón para no aplicar la ley, tampoco el deseo de impedir una presunta inestabilidad política. Si hay actos comprobados de corrupción, nadie puede oponerse a la aplicación de la ley.

López Obrador, sin embargo, sabe...

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