Sergio Pitol: Su sello alfonsino

AutorDaniel de la Fuente

"En México, durante la adolescencia, frecuenté larga y devotamente la obra de Alfonso Reyes, que incluye varios títulos de teoría literaria: El deslinde, La experiencia literaria, Al yunque", escribe Sergio Pitol en Una autobiografía soterrada, publicado en el 2010 por Almadía y que está incluido en un texto que aparece en títulos anteriores.

"Los leía, me imagino, por el puro amor a su idioma, por la insospechada música que encontraba en ellos, por la gracia que, de repente, aligeraba la exposición de un tema necesariamente grave".

Apunta Pitol que era tal la discreción de Reyes que muchos todavía ahora no acaban de enterarse de su hazaña: la de transformar, renovándola, nuestra lengua.

"Releo sus ensayos y más me asombra la juventud de esa prosa que no se parece a ninguna", agrega.

Hay quienes coinciden en definir a Pitol de la manera como él se refería al autor de Ifigenia cruel. En algún escrito, Carlos Monsiváis apunta que su amigo ha escrito "libros iluminadores", en tanto Jorge Volpi lo definió como una de esas figuras mayores que aparecen de vez en cuando, "casi milagrosamente", en la literatura mexicana.

INFLUENCIA DETERMINANTE

Su generación -la del Medio Siglo-, reconoce Pitol en Una autobiografía soterrada, le debe mucho a Reyes:

"Lo que la mía le debe es invaluable (...) Reyes nos incitaba a emprender todos los viajes. Evocarlo me hace recordar uno de sus primeros cuentos: La cena, un relato de horror inmerso en una atmósfera cotidiana donde a primera vista todo parece normal, anodino, hasta podría decirse un poco dulzón, mientras entre líneas, el lector va poco a poco presintiendo que se interna en un mundo demencial, quizás el del crimen".

Esa cena, indica, debe haberle herido en un flanco preciso.

"Años después, comencé yo a escribir y sólo ahora advierto que una de las raíces de mi narrativa se hunde en aquel cuento. Buena parte de lo que más tarde he hecho no ha sido sino un mero juego de variaciones de aquel relato: La cena".

El Premio Cervantes 2005 ha dicho que frecuentaba "devotamente" los cursos sobre literatura y filosofía griega del autor de Visión de Anáhuac en El Colegio Nacional.

"Leí gran parte de sus libros", reconoce el autor nacido en Puebla el 18 de marzo de 1933.

UN LEGADO DE PUERTAS ABIERTAS

A los 4 años, Pitol perdió a sus padres -más tarde falleció también su hermana pequeña-, por lo que fue trasladado con su tío Agustín Deméneghi y su abuela Catalina Buganza a Potrero, Veracruz. Más tarde llegaría a...

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