Sergio Elías Gutiérrez/ Más vale ser tolerantes

AutorSergio Elías Gutiérrez

No debería ser tan difícil aceptar las ideas de los demás y respetarlas. Parece sencillo; todos exigimos tolerancia hacia nuestros puntos de vista.

Lo que resulta menos fácil, sin embargo, es ser consecuentes con el principio de no pedir para los demás lo que no estamos dispuestos a hacer nosotros mismos.

Si fuera así, no habría guerras santas -que han sido las más frecuentes- ni tampoco habría conflictos políticos, menos aún en sociedades "civilizadas" y "modernas" como a la que pareceríamos pertenecer (o al menos pretendemos pertenecer desde hace muchos años, pero que nos resulta tan difícil).

Si bien algunos sectores y grupos de nuestra compleja sociedad efectivamente se pueden considerar "modernos" en el sentido amplio del término, la gran mayoría del país vive tan arraigada al pasado que le es difícil abandonarlo. Nuestro arraigo a las más duras tradiciones oculta en el fondo un fuerte temor por el futuro.

Para nosotros, parecería que todo tiempo pasado fue mejor.

Una manifestación del acendrado arraigo a las tradiciones se muestra en la actitud del profesor Roberto García de León, por su apego a los símbolos patrios y su nulo respeto por la libertad de ejercer y profesar una fe religiosa.

Con el pretexto de que un grupo de jóvenes Testigos de Jehová se negaban a realizar los honores a la Bandera en una asamblea escolar, los expulsó de la secundaria que dirige. Incluso, llegó al extremo de rebelarse contra sus superiores, quienes le ordenaron revertir la expulsión. Nos falta conocer el desenlace de este asunto, pero para nuestro objetivo es irrelevante.

La Ley que regula el uso de la Bandera, el Himno Nacional y los demás símbolos patrios fue creada a finales de 1967 y publicada hasta el mes de agosto de 1968, en pleno movimiento estudiantil, justo después de que los estudiantes izaron la Bandera Nacional al lado de una bandera de la extinta URSS, en pleno atrio de la Catedral Metropolitana y durante un mitin en el Zócalo capitalino

Aquel hecho provocó que el gobierno de Díaz Ordaz -el Presidente más intolerante de las épocas recientes en México- convocará a todas las "fuerzas vivas" a que realizaran actos de desagravio a los símbolos patrios. Para pronto, los diputados y senadores priístas, así como todos los convocados de cámaras y asociaciones empresariales, pidieron un duro castigo para los infractores.

La sorpresa fue que la legislación resultó inoperante para castigar a los estudiantes; la ley aprobada meses atrás se publicó para...

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