Sergio Elías Gutiérrez/ Distribuir el conocimiento

AutorSergio Elías Gutiérrez

Hace unos días, con motivo de la presentación de su libro "Aires de Familia", el prolífico escritor Carlos Monsiváis señaló algunas cuestiones que me parecen relevantes, a la vez que me sirven de reflexión para este artículo.

Al dar respuesta a algunas de las interrogantes del público, el escritor señaló que es muy escaso el número de lectores en el país. Un dato relevante es que en México se editan al año sólo 50 millones de libros. Esto significa que cada mexicano consume -en caso de que lo haga- alrededor de medio libro por año.

De continuar esta realidad, se irán acentuando las causas de la mala distribución del ingreso, lo cual, sin duda, repercutirá sobre la pobreza que padecemos.

En las campañas electorales el tema de la pobreza ha cobrado vigencia. En los últimos dos sexenios se intentó combatirla con sendos programas presidenciales como fueron el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) y el de Educación, Salud y Alimentación (Progresa).

Los efectos de ambos son difíciles de cuantificar. Si nos atenemos a las versiones oficiales y a los informes presidenciales, la pobreza -al menos la extrema- ha disminuido en términos porcentuales, aunque el número de pobres crece día con día.

Por una extraña paradoja, no obstante que el PIB del país ha crecido en forma constante cuando menos en los últimos cinco años, el número de mexicanos en condiciones de pobreza extrema no disminuye, al menos no en la proporción que lo hace el crecimiento del producto. Parecería que para salir de pobres no basta con que el país crezca (sin que queramos decir con ello que no ayude a ese propósito).

Los montos destinados al gasto social en el país crecen también cada año. Los presupuestos en ese rubro han llegado a niveles nunca vistos. Cada informe se da cuenta de las cifras millonarias de lo que se gasta en atacar la pobreza en México, pero los magros resultados son desalentadores.

También en los últimos cuatro sexenios un importante monto de recursos federales se ha trasladado a los gobiernos locales. El Presidente Zedillo, en su último informe, señaló que, en conjunto, los estados y municipios del país gastan casi el doble de lo que gasta el Gobierno federal (es de suponerse que en esa cifra no consideran los pagos de deuda pública externa e interna).

Las cifras de los programas federales destinados a combatir la pobreza se concentran desde hace décadas en entidades en las que la pobreza parece insuperable. No obstante, no resulta fácil asegurar que...

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