Sergio Elías Gutiérrez/ Los veneros del diablo

AutorSergio Elías Gutiérrez

En 1921, cuando apenas se habían apagado los ruidos de los cañones de la Revolución, Ramón López Velarde, el poeta nacional, al menos el de la primera mitad del Siglo 20 (para no agraviar a quienes atribuyen a Octavio Paz ese calificativo), en la Suave Patria dijo: "El niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo".

Entonces, el petróleo no constituía ni un bien notable ni un mal evidente del país, sólo en el ánimo de un poeta cabría la posibilidad de esa profecía.

Desde 1938, el tema petrolero ha estado en la mesa de las discusiones nacionales con argumentos y sin ellos, a favor o en contra, pero los mexicanos estamos inmersos en ese mar de "oro negro" en el que se dice que nadamos aunque a veces parezca que naufragamos.

El debate se ha profundizado desde los inicios de la década de los 70s, cuando se descubrieron importantes yacimientos petrolíferos. De ahí hasta la fecha, en la política nacional, pero sobre todo en las finanzas públicas, el petróleo se volvió un tema central.

A inicios de un nuevo siglo parecería un anacronismo escribir sobre la expropiación petrolera a más de 60 años del 18 de marzo de 1938 cuando fue decretada. Igual parece un sinsentido tocar el tema de la soberanía en tiempos de la globalización, pero a mi juicio ambos temas están vigentes.

Gobernaba Lázaro Cárdenas, era el primer periodo presidencial de seis años después de los turbulentos años de la postrevolución. La sociedad mexicana se encontraba en tránsito de un Estado postrevolucionario hacia una sociedad política, civil y civilizada, se trataba de encontrar las mejores fórmulas para la consolidación de un Estado moderno.

La Constitución de 1917 había declarado la propiedad originaria de la Nación de las tierras, aguas y recursos del subsuelo. Pero no había consagrado la explotación directa ni en exclusiva de dichos recursos, ni por nacionales ni por el Estado mexicano, en consecuencia, operaba en el país un buen numero de compañías extranjeras que bajo el régimen de concesión explotaban el petróleo.

En 1931 se había reformado el Artículo 123 de la Constitución para federalizar la función laboral y se expidió la primera Ley Federal del Trabajo, la que daba plena vigencia a los postulados revolucionarios de mejoría en las condiciones de vida de los obreros mexicanos.

Bajo el amparo de esa ley se inició la creación de sindicatos en las principales industrias del país acorde con las demandas de las luchas de Cananea y Río Blanco; entre ellas en las empresas petroleras situadas en el país en las que los inversionistas extranjeros explotaban esos yacimientos con importantes utilidades, no obstante lo incipiente de la industrialización y del uso de ese energético, que luego se volvería crucial en la economía mundial.

Los...

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