Sergio Elías Gutiérrez / La vetusta Constitución

AutorSergio Elías Gutiérrez

Al grito de "los Gobernadores nos robaron la elección", Gustavo Madero, presidente del PAN, exigió que primero se aprobara la enésima reforma político-electoral antes de ir por una reforma energética. Supone que sin la intervención de los Gobernadores priistas, Josefina Vázquez Mota hubiera ganado la elección.

La reforma se aprobó por una decena de personajes del núcleo duro del Pacto por México. Poco importó que con eso se alterara la que es una de las decisiones fundamentales de nuestra Constitución: el pacto federal. Con las reformas tiraron el agua sucia del sistema político, pero también al niño recién bañado.

La propuesta inicial era desaparecer los órganos locales y al IFE, y crear en su lugar un Instituto Nacional Electoral que manejara las elecciones de todo el País.

Al final decidieron dejar con el trabajo electoral a los órganos locales, que se empalmarán con el nuevo INE. El costo de este margallate será muy elevado.

Se aprobaron otras medidas: la reelección sucesiva de Senadores, Diputados locales y federales y Ayuntamientos; no así los Gobernadores y el Presidente, seguramente porque no hay sexenio que dure siete años, ni pueblo que lo aguante.

Con éstas y otras reformas anteriores se pone un clavo más en el ataúd del federalismo.

No se toma en cuenta que el Artículo 40 de la Carta Magna señala que "es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental".

En una federación, el régimen interior de los estados debe ser establecido en las Constituciones locales sin intromisión de los poderes federales, a condición de que se respeten las reglas mínimas del pacto federal.

Aquí el Congreso federal establece las reglas de organización de los poderes locales (artículos 115 y 116), las condiciones del ejercicio de éstos y hasta la más mínima cuestión de cómo deben funcionar estados y municipios. Poco queda para la imaginación de los poderes locales.

En 1933 una reforma federal prohibió la reelección de Senadores, Diputados federales y locales y Ayuntamientos. Esto permitió la consolidación del PRI como partido hegemónico creado cuatro años antes. Como compensación se decidió ampliar los plazos de estos cargos y también los de los Gobernadores de 4 a 6 años.

A casi un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR