Sergio Aguayo / El renacimiento

AutorSergio Aguayo

En el Instituto Nacional Electoral (INE) soplan aires de renovación. Después de una larga etapa de pasividad está aplicando las leyes. ¿Sobrevivirá?

El 19 de marzo el Consejo General aprobó un acuerdo para evitar la sobrerrepresentación en el reparto de los 200 diputados plurinominales. Poco después, castigaron a los candidatos que no presentaron informes de gastos de precampaña. Morena fue el partido más afectado y enfureció con la decisión. Contextualizo el actuar del INE.

La arquitectura institucional mexicana siempre ha tenido árbitros electorales omisos por sumisos. En 1910 se pusieron al servicio del dictador Porfirio Díaz y eso condujo a una sangrienta revolución al grito de "Sufragio efectivo, no reelección". Los triunfadores (el PRI) aprendieron la lección e impusieron un férreo control sobre el mediador. Lo mismo hicieron otros partidos cuando se generalizó la alternancia.

En el historial de autoridades electorales apocadas ha habido excepciones. La más significativa fue el Consejo presidido por José Woldenberg (1996-2003) que, confiado en el espíritu renovador creado por la alternancia en Los Pinos, ejerció su autonomía e investigó los financiamientos ilegales durante las campañas presidenciales de 2000 (Pemexgate y los Amigos de Fox). Impusieron severas multas al PRI, al PAN y al Verde, que reaccionaron con furia y corrieron a todo el Consejo General en 2003.

Durante los siguientes 17 años el IFE-INE se convirtió en un árbitro que dejó hacer su voluntad a los partidos. En 2006 toleró y coadyuvó al fraude electoral cometido por el PAN y otros contra Andrés Manuel López Obrador, en 2015 dejó que el PRI se agenciara a ocho Diputados más que no le correspondían de acuerdo con la ley, y en 2018 permitió que Morena se allegara 30 Diputados extra.

En julio de 2020 nombraron cuatro nuevos consejeros para el Consejo General. Empezó a soplar aire fresco. Se resquebrajaron las rutinas, inercias y fidelidades automáticas. Se reactivó la discusión interna toda vez que los recién llegados no tenían lealtades con los veteranos. Esos cambios se entenderán mejor explicando la manera en que se llegó al acuerdo para erradicar la sobrerrepresentación.

El tema lo había impulsado Ciro Murayama, un aliado de Lorenzo Córdova (ambos están en la mira de Morena que los acusa de ser anti-4T). Murayama publicó en julio de 2019 un texto en Nexos demostrando que los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES)...

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