El norteño sentimental

AutorDaniel de la Fuente

Dicen los que le conocen que Catarino Leos entró al escenario con el aplomo de siempre.

Esto sucedió durante la reciente grabación del disco "Desde la Cantina", en la que el grupo Pesado alternó con astros de la música norteña a manera de homenaje, entre ellos el fundador de Los Rancheritos del Topo Chico.

Catarino recibió humilde la ovación, tomó el micrófono con la mano derecha en tanto los dedos de la izquierda los metió entre la parte delantera del pantalón y el cinto. El Rancherito mayor, el único miembro original que queda de la agrupación que data de hace más de 55 años, vestía camisa norteña de manga larga, pantalón gris y sombrero negro.

"Pero cómo voy a odiarte/ si me diste lo más lindo de tu vida/ los 20 años a mi lado los cumpliste/ hoy te vas, que Diosito te bendiga", entona con esa sentida voz que empieza engolada y acaba casi en un lamento.

En vísperas de cumplir 75 años de edad el 26 de noviembre, Catarino entonó el melancólico bolero "Pero cómo voy a odiarte", una de sus piezas más célebres, con la voz intacta. Tras 99 discos, miles de presentaciones, la diabetes y una ligera embolia, así como la edad, no cualquiera conserva los buenos tonos.

"Estoy triste al saber que me abandonas/ como un niño yo de ti me he enamorado,/ pero no tengo derecho a retenerte/ si me diste de tu vida demasiado...".

Fue intenso el aplauso para la canción del viejo que ve partir al joven amor. Seguiría la popular cumbia "Chiquilla cariñosa".

Sabedor de que él representa una de las historias más exitosas de la música norteña, Catarino insistirá después en que va por la grabación 100. También, que con él no morirán Los Rancheritos del Topo Chico, sino que anhela que su historia continúe.

El éxito de este hombre, emanado del esfuerzo y el sentimiento, así lo asegura.

De estatura baja y voz enfática, Catarino Leos Rodríguez es un mandón. Moreno, de fino cabello café y mirada cansada, arriba a Representaciones Lega, negocio que preside en la Colonia Bella Vista junto al promotor Luis Antonio Garza.

"Como que no andaba de ánimo, ya teníamos todo listo para el disco 99, nomás faltaba su voz y nada que venía, pero ya se decidió", cuenta Luis, su dicharachero socio y compadre.

El compositor y cantante llega rodeado de sus Rancheritos, puro veinteañero invitado de otros grupos y que vieron en la historia de Catarino un peldaño a la gloria de la música regional.

"Yo escucho sus canciones desde chavillo, allá en San Luis", afirma el saxofonista José Proa.

"Uno como músico aspira a un grupo como éste. Es bonito estar con don Catarino".

Sentado en su oficina, el cantautor sonríe. El muchacho...

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