Sensible y llorón

AutorPaula Ruiz

Hace años, una fractura en la cadera y la falta de terapia tienen postrado a Alberto Cortez en una silla de ruedas y por ello en el escenario canta sentado.

A sus 78 años su memoria tiene agujeros, que dijo, esos llegan también con los años, pero lo único que no ha perdido el artista es su pasión por cantar y el buen sentido del humor.

Con el apoyo de su fiel asistente, quien empuja la silla de ruedas, llega el argentino al lobby de un hotel del centro de Monterrey para la entrevista y antes de comenzar dice "usted pregunte de todo, no se preocupe" y sonríe.

Durante 24 minutos, el intérprete, quien hoy a las 18:00 horas subirá al escenario del Auditorio San Pedro para presentar su show Un Corazón Sin Distancia, habla de su salud, de música, incluso hace un par de chistes, cuenta anécdotas y de paso confiesa que es un hombre muy llorón.

Una noche antes de llegar a Monterrey, el cantautor se presentó en Chihuahua ante cerca de 15 mil personas que lo hicieron llorar por el buen recibimiento que le dieron desde el primer minuto que comenzó su recital.

"Hay cosas que no son controlables por el sentir de un ser humano, yo veo algo que me conmueve profundamente, aparte soy llorón, soy lagrimón, tengo lágrimas fáciles", comenta sonriendo.

"Esto sin intención de fardar, a mí no me gusta andar haciendo alarde de cosas que no son, le estoy relatando lo que realmente sentí anoche (viernes). Le voy a decir una palabra fea, pero que es muy común en España (donde vive), anoche estaba...

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