Saskia Bostelmann: Crea joyería escultórica

AutorLupita Aguilar

Saskia Bostelmann vive en Nueva York y comenta que desde su ventana le gustaría observar el Puente de Brooklyn enmarcado por un paisaje urbano que, a contraluz, parece recortado por la punta de unas tijeras.

“Eso sucedería si fuera banquera (porque las oficinas de los banqueros se ubican en esa zona de la ciudad), pero yo soy diseñadora”, con. rma la egresada de la carrera de diseño industrial, ex museógrafa del Museo Tamayo, ex becaria de la escuela de diseño de Fulbright en la maestría de artes plásticas y actualmente diseñadora de joyería de la firma Liz Claiborne.

Sin embargo, Saskia no se puede quejar, ya que su oficina, dotada de muy buena luz, por cierto, se ubica cerca de la Biblioteca Central y más aún, próxima a un mundo de carteles y desplegados que abundan sobre el diseño en otras facetas.

Saskia trabaja a un paso de Times Square y desde su ventana surgen inspiraciones traducidas en gente y asimetrías que luego materializa con la ayuda de diversas texturas.

“Creo en la democratización de los materiales. Plata .925, oro de 18 quilates, viniles, plásticos, madera, piedras preciosas, semipreciosas, objetos prefabricados y encontrados. Cada elemento tiene el mismo valor y se entremezcla para formar un todo”, señala la artista que se integrara a la actividad joyera considerando ser heredera de técnicas del Hombre de Neandertal.

“Tuve que refinarme muchísimo al lado de Maestros con mayúscula y nombre subrayado”, señala la asistente de artistas que, con sus trabajos, han marcado una nueva ruta en el diseño contemporáneo.

Para ella, la joyería se convierte más que en un elemento banal, en un trabajo de escultura corporal capaz de proyectar la personalidad del usuario.

“La joyería tiene elementos espaciales, conceptuales y técnicos que juegan entre sí, participan con el usuario y también con el espectador. Una pieza de joyería no está completa si no se lleva puesta”, afirma.

La joyería puede ser profunda, juguetona, superficial, seria, elegante, pero también muy divertida. Yo diría que hay piezas que son como extras...

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