El Salto de Eyipantla y Nanciyaga: Ofrecen naturaleza y magia en una sola visita

AutorNatalia Vitela

EL NORTE / Enviada

NANCIYAGA, Veracruz.- Dicen que lo que más trabajo cuesta, con mayor alegría se disfruta, y así sucede cuando se descubre el prodigio natural que preceden los más de 200 escalones que es necesario descender para admirar la espectacularidad de la cascada El Salto de Eyipantla.

Esta cascada, cuyo nombre proviene del náhuatl y significa "tres caídas de agua", forma una impresionante cortina acuífera de aproximadamente 40 metros de ancho y 50 de altura.

El furioso caudal se resbala por peñascos pulidos de tanta agua, para luego precipitarse con más fuerza en la corriente que va al río Papaloapan, no sin antes levantar un espeso vapor, cuya brisa amortigua el pesado calor selvático.

Alrededor, un poco alejados de la furia, las gotas que lograron escapar del colapso se encienden en el ambiente formando pequeñas partículas cristalinas.

Y qué mejor que disfrutar de este espectáculo de la naturaleza sentado frente a una trucha recién cocinada; o qué tal unas quesadillas, que se ofrecen en los quioscos del lugar, acompañadas del clásico jarrito tequilero.

El Salto de Eyipantla, que se encaja en un mar de vegetación, se forma en el río grande de Catemaco y se sitúa a poco más de 10 kilómetros del municipio de San Andrés Tuxtla, Veracruz.

Un salto a Nanciyaga

Como la visita a las cascadas se lleva apenas un par de horas, queda tiempo para ir a Nanciyaga, una bella reserva ecológica que abarca cuatro hectáreas y se ubica en la región de Los Tuxtlas.

El camino a recorrer para llegar ahí es ya en sí mismo un deleite físico y emocional. De entrada hay que abordar una lancha en alguno de los 12 embarcaderos del lago de Catemaco.

Durante el trayecto, se van dejando atrás varias islas pequeñas, algunas de las cuales han adoptado la forma de su fauna, como la Isla Agaltepec o cocodrilo, llamada así porque su figura se asemeja a la de ese reptil.

En el lago también se encuentra la Isla de los Monos, famosa por sus macacos traídos de Tailandia que desde 1974 se lanzan clavados como verdaderos campeones olímpicos.

En el camino, muy cerca de Catemaco, sostenido entre las rocas se encuentra un nicho con la imagen de la Virgen del Carmen, que según la versión de los nativos, el 16 de julio de 1714 se le apareció al...

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