Rubén Romero / Entrenando con ritmo

AutorRubén Romero

Lo primero que aprende un corredor cuando se trata de "medir" el esfuerzo que hace al correr es la vieja fórmula que define su Ritmo Cardíaco Máximo (RCM), que es el máximo número de latidos por minuto (lpm) que llega a dar su corazón.

La fórmula indica que si se resta la edad al número 220 se tendrá ese parámetro. Así, por ejemplo: una persona de 40 años tendría un RCM de 180 lpm, que resulta de restar 40 de 220.

Aquí una advertencia: conocer el propio RCM es la base de todos los programas de entrenamiento. Es un parámetro clave, ya que de eso depende que se logren los resultados que se buscan de cada sesión, ya que el nivel de esfuerzo se indica como un porcentaje del RCM.

Dicho de otra manera: si el RCM esta equivocado, es muy probable que las sesiones de entrenamiento se hagan fuera del rango indicado para cada caso, y que los resultados del entrenamiento sean inciertos.

La mala noticia es que esa fórmula es buena como una referencia estadística a nivel social, pero inadecuada para usarla en casos particulares.

Otra observación: independientemente de las imprecisiones propias de los dispositivos electrónicos, algunos de ellos se distribuyen pre-programados, de manera que al usuario le indican las zonas entrenamiento, lo que implica el error que arriba se señaló.

¿Cómo medir el RCM de manera confiable y...

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