Rosaura Barahona/ El famoso discurso

AutorRosaura Barahona

Cuando regreso de algún viaje me encuentro con mi buzón lleno de mensajes. Procuro responderlos todos aunque no siempre me es posible hacerlo.

En esta ocasión, contesto a seis amables lectores que me habían enviado el discurso que el Diputado panista Jorge Ruiz García dio el Día Internacional de la Mujer.

El Diputado Ruiz recibió críticas de todos los partidos, colores, tendencias y posiciones ideológicas. En este espacio varios colegas lo pusieron pinto.

Leí con mucha atención el famoso discurso y no sé si serán los años, las canas o el cansancio que a menudo se confunde con la serenidad pero en lugar de que el texto me provocara rabia e indignación, me dio compasión. Y nunca me ha gustado sentir compasión por nadie.

No sé si vaya a desilusionar a algunos lectores y lectoras pero, la verdad, creo que Jorge hizo su mejor esfuerzo por halagar a las mujeres. Tengo la certeza de que su intención fue echarnos muchas flores y creo que ni siquiera se percibió a sí mismo como fue percibido por los demás: como el macho mexicano que, desde su palestra, subestima a la mujer.

No me malentienda; el discurso no tiene desperdicio pero el tono es muy distinto al de aquel energúmeno que alguna vez escribió al periódico diciendo que las mujeres deberíamos limitarnos al metate y al petate.

El problema de Jorge Ruiz es que se quedó en la época de las reglas de cálculo. No se ha dado cuenta del avance del mundo ni siquiera en lo tecnológico. Menos va a saber que la evolución de la mujer urbana en el Siglo 20 la cambió no sólo a ella sino a todo aquello con lo que ella se relaciona.

¿Sabe cuál me parece el problema real? Que el señor ni siquiera imaginó lo que sus palabras ocasionarían. Ese es el verdadero problema; que don Jorge, al igual que millones de mexicanos, no tienen la más remota idea de que el mundo actual poco o nada tiene que ver con aquél en el cual ellos crecieron.

A menudo se organizan conferencias sobre temas que a todos nos incumben y se invita sólo a varones a participar en la discusión no por hacernos intencionalmente a un lado (aunque pueda suceder en ocasiones), sino por un olvido u omisión "naturales." A los organizadores les cuesta trabajo aceptar que hay mujeres brillantes que podrían participar y enriquecer las discusiones.

Cuando hablo sobre la mujer en este espacio, no falta quien me escriba para decirme que la mujer ya no tiene de qué quejarse. Y yo respondo, como siempre: "Gracias por tomarse la molestia de escribirme." No puedo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR