Rosaura Barahona / Todas pueden crecer
| Autor | Rosaura Barahona |
Todos los días nos desayunamos con la noticia de una o varias mujeres violentadas. Los números son alarmantes, pero la reacción ante ellos es más débil de lo que debería ser. Hay programas gubernamentales o privados de diversos tipos que buscan disminuir esa violencia, pero ninguno puede lograr su objetivo con facilidad.
Hace poco la tele nos trajo la imagen de una chica, refugiada en una camioneta, cuya pareja amenazaba con suicidarse. Ella explicó a los reporteros que él siempre la golpeaba, pero seguía a su lado porque lo amaba mucho. Cualquier día aparecerá convertida en cadáver y no se lo podremos reclamar a nadie. No es tanto que lo ame mucho, sino que ella no se quiere ni siquiera un poquito.
Las enseñanzas heredadas de generación en generación son profundas. Así lo hemos aprendido: el hombre manda por ser hombre y eso lo convierte en dueño de la mujer; por lo tanto, puede hacer lo que guste con ella. Incluso matarla.
El problema es complejo: el hombre actúa como le enseñaron y la mujer, también. Eso la mantiene pasiva: ella cree que se merece ser golpeada, maltratada e incluso asesinada. Está convencida de que carece de valor y de potencial y debemos enseñarle que eso es falso.
Hace algunos días tuve la oportunidad de hablar con Hernán Rocha Uribe, quien vive en Tamaulipas. Hernán es asesor en el gobierno de Tomás Yarrington y hace poco tuvo una experiencia muy interesante, gracias a un proyecto valioso. Por desgracia hay tanto material que sólo podré darles una idea vaga de la experiencia.
El gobierno de Yarrington, como el de Guanajuato hace algunos años, tomó el modelo del Grameen Bank o Banco del Pueblo, de Mohammed Yunus. Yunus, el economista de Bangladesh creador del concepto de micro crédito que ha dado excelentes resultados.
Yunus acaba de ser nombrado Embajador del programa de las Naciones Unidas en contra del HIV/SIDA. Aceptó porque dice que al extenderse esta pandemia a quienes más golpea es a los pobres, que pierden lo poco que han ganado a través de programas creativos y dinámicos como el del Banco del Pueblo.
Para que se dé usted una idea, Bangladesh es el octavo país más poblado del mundo. Tiene 138 millones de habitantes, de los cuales más del 40 por ciento son menores de 15 años. La mujer no tiene valor dentro de su cultura. No puede ver a los ojos a un hombre y todavía es repudiada por el esposo o el pretendiente si la dote no es adecuada. Para señalar su repudio le desfiguran el rostro con ácido. Si la madre...
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