Rosaura Barahona / Si no vamos, no nos quejemos
| Autor | Rosaura Barahona |
Ya le he contado cómo en los 50 y 60 ir a una actividad cultural era algo casi familiar. Estaban los organizadores, algunos de sus familiares y unos cuantos amigos.
Eso fue cambiando cuando el Gobierno apoyó más la cultura y, al mismo tiempo, algunas universidades y algunos particulares empezaron a apostarle desde sus propias trincheras y con sus propios recursos o con recursos conseguidos por ellos.
Hoy Monterrey tiene una oferta cultural amplia, comparada con otras ciudades tercermundistas, aunque va atrasada respecto a lo que el entonces DF ofrecía cuando tenía la misma cantidad de habitantes que tenemos nosotros.
Por supuesto, siempre hay críticos porque falta una política cultural oficial y eso provoca cambios radicales de sexenio a sexenio, dado que los políticos son tan absurdos que no apoyan ni continúan las cosas buenas hechas por quienes los precedieron.
Monterrey tiene hoy un grupo de escritores respetables (poetas, narradores, dramaturgos, ensayistas y traductores).
No tiene muchos museos, pero en ellos podemos ver exposiciones interesantes que antes sólo podíamos ver fuera.
Tiene buenos pintores de prestigio local, nacional e internacional.
Tiene bailarines y un cuerpo de ballet de muy buen nivel.
Tiene músicos y cantantes que no desmerecen a nivel internacional.
Tiene una cineteca que ofrece películas que antes era imposible ver aquí.
Tiene teatro: popular, con propuestas experimentales o con puestas en escena de obras tradicionales.
Y hoy tiene un grupo de personas preocupadas por mejorar no sólo toda la oferta anterior, sino por preparar más a quienes puedan involucrarse en esas actividades y a quienes serán espectadores o críticos.
¿Que muchos no están de acuerdo con las políticas actuales de quienes administran la cultura en Nuevo León? Están en su derecho y, según he leído, tienen razón en algunas cosas, pero deberíamos aprovechar lo que se nos ofrece.
¿Por qué digo esto? Le daré un solo ejemplo reciente: el 8 y el 9 de septiembre estuvo en la Escuela Adolfo Prieto, "Norte Creativo", festival de emprendimiento cultural creativo organizado por Conarte y fue gratuito. ¿Cuánta gente fue? Muy poca. Y debería haber estado reventando.
Hubo conferencias...
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