Rosaura Barahona / No sólo mujeres

AutorRosaura Barahona

Alrededor de 1966 publiqué en un suplemento cultural local mi primer artículo sobre feminismo: una reseña de "La Mística de la Feminidad" (1963), de Betty Friedan.

La Friedan realizó una encuesta cuando su generación cumplió 15 años de graduada de Smith College, una de las universidades femeniles más famosas de Estados Unidos, y descubrió que la mayoría de sus amigas gozaban de una vida privilegiada, de acuerdo a los estándares del famoso "american way of life", pero no eran felices. Eso la inquietó y decidió hacer una investigación seria y profunda que incluyera a todo tipo de mujeres.

"El problema sin nombre" llamó a ese impedimento de las mujeres para sentirse satisfechas con ellas mismas, a pesar de que cumplían con todas las reglas establecidas: cuidaban su virginidad, no trabajaban fuera de casa, se preparaban para ser madres, esposas, cocineras, vecinas y amigas maravillosas, y anteponían, siempre, la felicidad y las necesidades de los demás a las propias.

Luego las cosas cambiaron. Si bien millones de mujeres urbanas avanzamos y aprendimos a respetarnos y a exigir respeto, el problema no se ha resuelto: nos siguen midiendo con varas distintas, nos pagan menos en igualdad de circunstancias, la violencia en contra nuestra se ve como algo natural o causada por nosotras y el que hayamos estudiado, que trabajemos fuera del hogar y que nuestras familias sean ahora más pequeñas son, por supuesto, las causas de todos los males de la humanidad.

Por eso el feminismo nunca ha sido, como sus acusadores señalan, un movimiento en contra del hombre ni para promover el lesbianismo. Es un movimiento de derechos humanos a favor de la mujer.

Celebrar el Día de la Mujer como se celebró el sábado 8 a menudo lleva a mesas de discusión, seminarios o reuniones en donde las ponentes y asistentes son, en su mayoría, mujeres. Y está mal porque los hombres también son parte del problema, mas no el problema mismo, como algunas creen.

No lo olvidemos: los hombres también son parte del avance. Gracias a muchos de ellos, las mujeres hemos tenido apoyo y aliento en los momentos difíciles de la transición. Encontrar una pareja con agallas para aguantar que le digan cosas inimaginables porque su otra mitad no cumple con lo establecido...

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