Rosaura Barahona / Muerto viviente

AutorRosaura Barahona

Según nuestra Constitución, los mexicanos mayores de edad tenemos derecho a votar y a ser votados, pero no aclara si vivos o muertos, porque antes votaban los muertos y, ahora, uno ya fue electo Alcalde.

Muchos jóvenes mexicanos ignoran que, por años, en este insólito y siempre sorprendente País, los muertos votaban.

Esos jóvenes nacieron ya con el IFE integrado a todo el proceso de elecciones y suponen que siempre hubo credenciales con fotografía para votar.

(A propósito, si le toca cambiar su credencial del IFE, hágalo ya. Si se espera, hará las colas interminables del cuarto para las 12).

Pero volvamos a nuestros votantes jóvenes, quienes deben saber que por muchos años el concepto de elecciones fue muy distinto al actual.

Millones de mexicanos no votábamos porque era inútil. De antemano sabíamos quién ganaría: el candidato del partidazo.

Cuando empezamos a votar, llegábamos a la mesa de votación, pedíamos las papeletas, mismas que nos daban tras preguntar por nuestro domicilio. Votábamos y colocábamos esas papeletas en urnas opacas y "embarazadas": cuando llegaban al centro de votación ya iban llenas de votos a favor de quien triunfaría.

Muchos de los votantes ya estaban muertos, pero "votaban" para manifestar su apoyo al único ganador posible.

Los partidos de oposición no ganaban nunca posiciones importantes.

Cuando aumentó nuestra conciencia cívica se denunciaron las urnas embarazadas, los votos repetidos y los emitidos desde el más allá; entonces, las estrategias del partidazo cambiaron y empezaron los robos de urnas y los camiones llenos de acarreados que votaban de casilla en casilla.

La consolidación del PAN como oposición fue muy importante porque nos permitió asomarnos al alba de la democracia, en donde seguimos anclados, ya que los panistas no supieron gobernar ni han sido capaces de superar la grilla interna en su partido.

Desde hace tiempo, los muertos dejaron de votar y algunos de nosotros, neciamente aferrados a la esperanza, consideramos eso como cosa del pasado, pero no: ahora los muertos no votan, pero sí son votados, tal y como lo comprobó Leninguer Raymundo Carballido Morales.

El señor Carballido, candidato a edil por la alianza PAN-PRD-PT en San Agustín Amatengo, Oaxaca, ganó la elección, a pesar de haber sido declarado muerto en el año 2010.

La Secretaría de Seguridad Pública debe dar a cada candidato una carta de no antecedentes penales. La acusación hacia Carballido fue muy sonada en el 2004, de modo que en la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR