Rosaura Barahona / Estancados

AutorRosaura Barahona

El martes pasado se publicó aquí un desplegado de la SEP, bien escrito tanto desde el punto de vista técnico como de su contenido. Si usted no lo leyó, por favor, hágalo. Se llama: "Estándares nacionales de habilidad lectora".

El desplegado debemos conectarlo con la noticia de ayer sobre las fallas en secundaria demostradas por la prueba ENLACE y confirmadas por Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública. Lujambio declaró que en secundaria tenemos niveles de insuficiencia superiores a los mostrados a partir de 2006, fecha en la cual se puso la primera prueba ENLACE. O sea, vamos para atrás.

Como la prueba no muestra mejoras en los alumnos, dice el Secretario, "se requiere de una modificación estratégica y una atención urgente". No es novedad; escuchamos lo mismo todos los años al revisar los resultados. Es una frase hecha para salir del paso ante los medios, como lo es "se investigará y se hará justicia caiga quien caiga". Y ni hay modificaciones ni cae nadie porque es el discurso vacío: suena bien, pero carece de significado.

El desplegado del martes define qué es la habilidad lectora, señala cuántas palabras se deben leer por minuto a determinados niveles y enuncia maneras específicas para que los padres ayuden a los hijos a leer mejor. Y se aclara: leer no es sólo decodificar el texto, es decir, no es nada más saber que c+a+s+a dice casa, sino comprender el significado de lo leído.

Las recomendaciones para los padres son acertadas y sencillas... si todos pertenecieran a un nivel social alfabetizado, si fueran lectores ellos mismos y si estuvieran interesados en el desarrollo de esa habilidad en sus hijos, pero no siempre es así.

Tenemos un caso señalado ahí mismo: padres analfabetas que podrán platicar sobre la lectura hecha por sus hijos, pero quienes no distinguirán errores de lectura ni de mala entonación por ignorancia de los signos de puntuación y menos distinguirán el nivel de comprensión de lo leído.

El tema de la lectura es uno de los más complejos en educación. Para empezar, hay varios tipos de lectura y muchas formas de leer, según el objetivo perseguido. No se lee igual un medio informativo que un ensayo, una novela o un poema. Y, además, en México no siempre se supera la manera infantil de leer. Muchos adultos subestiman su cerebro y siguen...

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