Rosaura Barahona / Demasiado tarde

AutorRosaura Barahona

El discurso de Trump ante el Congreso fue escrito por unos asesores que presentó CNN un par de días antes. Habló de lo mismo de siempre, pero eliminó su agresividad característica y buscó ser conciliador.

Los demócratas se habían puesto de acuerdo para no aplaudir y aplaudieron sólo ante los ejemplos que llevó el Presidente para dar el toque emotivo y manipulador a su discurso: una enferma que ya está en la universidad, un padre a cuyo hijo mataron, una chica pobre que va por su maestría y dos viudas, una de las cuales obtuvo el aplauso más largo de la noche porque su esposo murió en Yemen hace poco.

El discurso reiteró las promesas engrandecidas de Trump, dio datos falsos sobre el desempleo y el caos económico supuestamente heredado por Obama y no mencionó el conflicto con la prensa ni el veto a algunos medios en una de las sesiones informativas oficiales.

Hubo Senadores republicanos que lo calificaron como bueno, pero lo criticaron por no señalar de dónde saldrán los recursos necesarios para lograr lo prometido, si va a reducir los impuestos.

Es obvio que los asesores de Trump buscan bajar el tono de confrontación continua con ciertos grupos, pero aunque es una excelente recomendación, el cambio llega a destiempo para algunas cosas.

El discurso de odio emitido a lo largo de su campaña y de lo que lleva en la Presidencia ha alentado los rencores y la rabia de quienes, de verdad, creen que Estados Unidos es un país sólo para blancos conservadores y heterosexuales.

Por eso, el segundo párrafo del discurso de Trump llega demasiado tarde: "Las recientes amenazas contra los centros comunitarios judíos y el vandalismo de los cementerios judíos, así como los disparos de la semana pasada en Kansas City, nos recuerdan que si bien podemos ser una nación dividida en políticas, somos un país unido para condenar el odio y el mal en todos sus aspectos".

Desde enero, 69 centros comunitarios judíos han recibido amenazas de bomba en Estados Unidos; en Filadelfia, en el cementerio judío Mount Carmel fueron volteadas, rotas o profanadas entre 75 y 100 tumbas por grupos antisemitas. En St. Louis sucedió algo similar.

La comunidad musulmana...

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