Rosaura Barahona / Otro concepto

AutorRosaura Barahona

EL NORTE publicó varias fotos de las largas filas de autos por las entradas a Monterrey y por la salida a la Carretera Nacional. A quienes vivimos esta ciudad cuando tenía medio millón de habitantes, nos cuesta trabajo acostumbrarnos al gentío.

Al ver la foto pensé que sería interesante señalar cómo, a pesar del aumento de la población, la tradición de muchos regiomontanos los lleva a visitar algunos puntos turísticos al sur de la ciudad y a comer allá lo típicamente regional.

Quería subrayar el aumento de la población y del número de vehículos. Y decir que la ciudad ha crecido mucho hacia el exterior, pero también hacia el interior. En alguna época hubo casas de descanso por el rumbo de ¡Arroyo Seco! Y algunos audaces iban a Villa de Santiago y a Cola de Caballo para explorar y descubrir cosas diferentes a las de Monterrey.

En el Monterrey de ese entonces había cines y algo de teatro, pero no mucho más. Arte A.C., nacería más tarde; el interior de la ciudad era pobre en lo cultural. Ahora las opciones son muchas; hay ofertas de museos, galerías, cines, algún parque y cuestiones que nos enriquecen y entretienen sin necesidad de aumentar el tránsito de la carretera.

Eso quería decir, pero la nota dice que los museos, las galerías, los parques y los puntos turísticos que no están hacia el sur, también han estado abarrotados. Hubo turistas de fuera del estado, pero también locales. Es decir, no es que se desprecie lo que la ciudad ofrece sin salir de ella y por eso se llena la carretera, sino que se aprovecha todo y todo se llena porque ya somos demasiados.

No critico a quienes salen corriendo a Villa de Santiago los días de descanso y reflexión; simplemente señalo el cambio de concepto. Por años, descansar significó cambiar la rutina cotidiana para "desconectarnos o bajar la cortina", es decir, olvidarnos de los pendientes y renovar la energía al dormir un poco más, leer algunos libros pendientes, comer cosas excepcionales, ver las películas que se nos escaparon, caminar tranquilos por sitios agradables y, en fin, lo que usted guste añadir.

Para descansar, la actividad seleccionada no debía generar preocupaciones ni presiones en los vacacionistas. Pero ahora eso ya no importa. Ahora, gracias a las tarjetas de plástico, viajamos, compramos y comemos sin tener el suficiente dinero para...

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