Rogelio Ríos Herrán / Sin papeles

AutorRogelio Ríos Herrán

La escena, a fuerza de repetirse, se ha vuelto común: un grupo de trabajadoras migrantes sin papeles es capturado en su centro de trabajo por las autoridades de migración, después de lo cual se prepara la deportación a sus países de origen.

No se trata, sin embargo, de las afanadoras capturadas en los operativos realizados en las tiendas de Wal-Mart en Estados Unidos en días pasados. Ni de cocineras o costureras sorprendidas en algún restaurante o taller de Los Ángeles.

Hablo de las frecuentes detenciones de bailarinas extranjeras que trabajan en los "table dances" de Monterrey y de las cuales EL NORTE ha dado amplio seguimiento.

Ellas viven, no obstante lo peculiar de su giro laboral, la misma angustia e incertidumbre de no tener papeles en regla, de sentirse vulnerables ante los patrones que, aprovechando esa situación, puedan sobreexplotarlas, la lejanía de su tierra natal, en fin, la difícil existencia del trabajador migrante indocumentado.

En los casos de las húngaras, rusas o brasileñas que bailan cada noche para divertir a la clientela siempre exigente de los "tables" podemos observar el rasgo universal de quien emprende el viaje desde su lugar de origen en busca de mejores oportunidades.

Bien pudieran ser meseras, abogadas, arquitectas, cajeras de supermercado, empleadas de oficina, la actividad es lo de menos, lo que importa es su decisión firme de considerar al mundo como un lugar sin fronteras en donde habrá que caminar mucho para encontrar la vida mejor que todas anhelan.

El caso de las bailarinas extranjeras en Monterrey nos enseña que el fenómeno de la migración tiene un aspecto paradójico en México: los mexicanos lo viven y sufren al cruzar hacia Estados Unidos sin papeles; los centroamericanos, sudamericanos, europeos y asiáticos lo padecen al llegar o transitar por México.

Las políticas de aplicación estricta de la ley, la burocracia lenta, la explotación de los patrones, el rechazo de gente nativa hacia el extranjero, el desdén por los idiomas foráneos, en fin, la carencia de sensibilidad hacia el migrante trabajador extranjero sin papeles se vive en México con la misma intensidad que en otras partes.

Podemos hablar, es cierto, de honrosas excepciones en cuanto a la política de asilo como una larga y prestigiada tradición mexicana o bien cuando se recibió en los 80 a los miles de refugiados guatemaltecos y centroamericanos en los campamentos formados para tal fin en Campeche y Chiapas, gracias a los cuales mucha gente pudo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR