Rodrigo Velarde Ortiz / El legado

AutorRodrigo Velarde Ortiz

Una reflexión de lo que el Fórum dejó para los nuevoleoneses lleva a señalar que este evento no sucumbió por estar soportado en la obra arquitectónica. De otra manera, la comunidad se habría decepcionado por la calidad de tanto circo que se pregonó sería de fama "universal".

Desde esta perspectiva, el Fórum Universal de las Culturas sirvió básicamente para dos cosas. Primero, para darnos cuenta que las expresiones culturales son maravillosas, que tienen un costo muy alto, sí, pero que nutren gratamente el hemisferio derecho de nuestro cerebro. En contraste, los Diálogos del Fórum fueron en su mayoría circunscritos a cada especialista en su material, cuando lo ideal pudo haber sido tomar ciertos acuerdos específicos en cada tema tratado y dejar para la posteridad un protocolo de lo positivo de estos diálogos. Lo intangible debe quedar en una memoria para la historia.

El segundo punto, que supera al anterior por mucho, es la obra tangible, los espacios arquitectónicos que quedarán como legado.

Los grandes museos, enormes no sólo en espacio, sino en calidad de sus exposiciones, deben seguir vivos y dispuestos a albergar grandes muestras itinerantes de la cultura mundial.

Sobresalió el espacio de la Nave Lewis, con una muestra deslumbrante, única. Dos culturas milenarias, la egipcia y la mesoamericana, que con diferencias en el tiempo han sido una delicia a la vista. Contemplar piezas y figuras de hace 2 mil y 3 mil años de excepcional calidad artística es llevar al límite la imaginación. El resumen de las grandes migraciones americanas es muy atractivo visualmente.

La Nave Generadores con su exposición de sustentabilidad me deja retumbando esta cita: "¿Qué es el hombre en la naturaleza? Una nada frente al infinito, un todo frente a la nada. Un medio entre todo y nada" (Unamuno). Equidad y equilibrio, dos palabras cruciales en el desarrollo futuro de la humanidad.

De los "Nuevos Leones" me queda "Una mordida > un árbol". Reforestando la conciencia urbana, de Damián Valles, fresca y elegante creatividad. Igualmente, el Museo del Acero, grandiosa memoria industrial del gigante restaurado, considerado la obra del año por el grupo Expansión. Al lado del gigante, otro gigante: "Luca".

Pero lo más sobresaliente y admirado por todos es la calidad de cada espacio arquitectónico-museístico. Todo brillantemente realizado por museógrafos locales con gran sensibilidad. Aquí hay que felicitar al arquitecto Sergio Rodríguez por la elegancia de la exposición...

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