Roberto Zamarripa/ Once

AutorRoberto Zamarripa

Once fatídico. Golpeó las botas gemelas, deshizo expectativas de concordia y provecho en las relaciones binacionales, alteró la vigilancia fronteriza para hacer más dura y peligrosa la ruta del migrante, encarriló a los servicios de seguridad nacional en rieles de riesgo y subordinación.

A un año, las consecuencias en México de los atentados de Nueva York y Washington tienen que ver con la carencia de una política migratoria y la prevalencia de lo policiaco sobre lo humanitario. El blindaje estadounidense de su frontera sur ha provocado, entre otras cosas, un crecimiento del mercado nacional de droga, por ende de distribución y consumo de lo que no logra pasar a EU. Con ello, la recomposición de los cárteles y subsidiarios mexicanos, la ola de violencia y la disputa por las plazas, encontrándose ahí una de las principales fuentes de inestabilidad social y de corrosión institucional.

El blindaje de la frontera norte contrasta con el relajamiento de la franja sur. La corrupción campea en las entidades dedicadas a la vigilancia de la frontera sur. La porosidad de la frontera sur no deja pasar sólo el dengue, sino la droga, el tráfico ilegal de personas o de especies animales. Uno de los responsables de que esa situación permanezca no está ya en su puesto de mando para contarlo. Felipe de Jesús Preciado, el primer titular de Migración en el gobierno del cambio ya fue despedido, pero a nadie rindió cuentas. Salió del cargo sin explicaciones. Su paso fue mediocre, al grado de deportar chiapanecos como si fueran guatemaltecos, en uno de los errores garrafales de su administración. El perfil de la nueva titular no augura mejoras hacia una nueva política migratoria, sino un simple intento de administración de oficinas.

La política migratoria vuelve a ser policiaca. La sospecha vuelve a adueñarse de las fronteras en el mundo globalizado del intercambio y el mercado libre. Los nuevos criterios estadounidenses de seguridad nacional atropellan los derechos civiles. Miran conspiración en la pobreza. Eso impera no sólo en las franjas de cruce sino, preocupante y peligrosamente, contagia el ambiente nacional.

El camino de la polarización interna combinado con el discurso de la sospecha ganan terreno en una frágil circunstancia política. Acaso ése es uno de los daños profundos del fatídico 11 de septiembre. La mancha del terrorismo está presente en todos lados. Incuba en las marginalidades y se desarrolla en las modernidades. El terrorismo se ampara en las...

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