Roberto Newell / Reestructuración de Pemex

AutorRoberto Newell

De pronto se abrió un debate sobre algo que se conocía desde hace años: Pemex está quebrada. Y no sólo eso, sino que a lo largo de los años fue acumulando un enorme pasivo laboral relacionado con las ultragenerosas pensiones de sus trabajadores. Esa deuda es de alrededor de 100 mil millones de dólares, o sea, algo así como el 7.0 por ciento del PIB. Afortunadamente, la deuda no se tiene que liquidar mañana, pero el pasivo existe y es una enorme lápida que la empresa debe cargar o, en su defecto, el Gobierno federal, que es el aval de las deudas de Pemex.

Llama la atención la ingenuidad (o sorpresa fingida) de muchos de los políticos y legisladores que participan en el debate, puesto que los hechos ni son nuevos ni se habían ocultado. Para entender la situación financiera de Pemex se podía acudir a varias fuentes públicas, entre ellas la sección de Relaciones con Inversionistas que aparece en el sitio electrónico de la paraestatal. Ahí, desde hace años, se publica información detallada sobre la situación financiera y económica de la paraestatal y sus unidades de negocio. La persona interesada en entender la situación de Pemex se habría percatado que la empresa paraestatal está técnicamente quebrada, puesto que su patrimonio es negativo desde hace años. Subsiste porque anualmente recibe aportaciones del Gobierno federal, el cual también garantiza todas sus deudas, incluyendo su pasivo laboral.

Los trabajadores de Pemex son de los mejores pagados de México. La compensación directa que reciben es más alta que la de la gran mayoría de los trabajadores. Pero además tienen un paquete de prestaciones enorme que equivale a varios meses de compensación adicional, en gran parte, libre de impuestos. Si lo anterior no fuera suficiente, resulta que lo más oneroso de su paquete de compensación son las condiciones ultragenerosas que incorpora el plan de pensiones.

El plan de pensiones de Pemex es extraordinariamente generoso, empezando por el hecho de que los trabajadores no aportan ni un peso hacia su retiro. La versión actual del plan garantiza los beneficios que recibirán los trabajadores (pero no sus costos, los cuales son asumidos por la empresa) durante los años de su jubilación. Actualmente, los trabajadores de Pemex se pueden retirar a los 60 años de edad (o 35 años de servicio) con 100 por ciento de su salario integrado computado al momento de su jubilación. Ese monto posteriormente se va ajustando con los aumentos que reciben los trabajadores...

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