Road trip en Sienna

AutorAlberto Bortoni

¿De quién fue la idea? Salimos de Monterrey temprano, o más bien: temprano considerando que iban dos niños, la abuela y la tía. Además, pasaron por mí al aeropuerto porque llegaba en el primer vuelo proveniente de la Ciudad de México. A las 9 horas salimos de San Nicolás para tomar la carretera a Laredo.

A los 23 kilómetros Elena, mi hija de 4 años, dice: "no puedo ir sentada tan lejos"; serán unos muy largos 3,800 kilómetros. Pero bueno, ella ya había intentado explicarme que Boston está muy lejos y no es posible ir en carro sino en avión. Cuando les platicamos del viaje Beto, mi otro menor, se emocionó; Elena, en cambio, dijo: "¿ves esas montañas? Boston está más lejos que eso; no podemos ir en carro. En avión." La niña de 3 años es la coherente de la familia.

El viaje lo haremos en una Toyota Sienna 2017 con flamantes 5,000 kms. Será una prueba de resistencia para la Toyota, que viajará en los siguientes días más de lo que una familia promedio recorre en cinco o seis meses.

Primera parada sanos y salvos: Laredo. En el puente, siguiendo la tradición familiar, escogimos la línea más lenta. Y no sólo eso, fuimos echando lámina con la Sienna cambiándonos a otros carriles más rápidos; no con la esperanza de pasar antes, sino para hacerlos más lentos con nuestra presencia.

Rellenamos el tanque de la minivan; gasolina más accesible y ahora estamos en una mejor posición de probar el rendimiento. Por un lado, el paso se vuelve más constante, además las velocidades son más moderadas.

Además, en la oficina turística sobre la carretera llegamos por unos mapas de Texas; sí, como si fuera 1993. Los mapas tienen algo que el GPS no tiene y es que puedes ver todo en el mismo documento. No hay zoom sino letras finas, y entretienen a los niños por un rato además de que aprenden un poco y le dan un poco más de forma al viaje.

Nos quedamos a dormir en las afueras de Austin; fue un buen primer avance.

Al final del día, todos estábamos cansados y decidimos terminar temprano.

La alarma sonó a las 4:30. El plan de levantarnos temprano para manejar unas cuatro horas con niños dormidos estaba en acción. A las 5:30 de la mañana estábamos listos para volver a meter cosas a la maleta y partir. Se despierta Beto y quiere ayudar; se despierta Elena y quiere desayunar. Acabamos saliendo a las 7:15.

La manejada fue aburrida; y es que Texas realmente no tiene mucho qué ofrecer en sus interestatales; mucho menos la I-35, que es en la que hemos estado todo este tiempo. Ni...

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