RIESGO Y VALOR / Una respuesta Pavlov al turismo macro

AutorJorge A. Martínez

Durante sus últimos años como psicólogo, Pavlov (conocido por sus experimentos con perros y su respuesta condicionada) reportó que con suficiente experiencia los objetos de su estudio eran capaces de adelantarse al estímulo, aprendiendo de múltiples ocasiones en las que se limitaban a reaccionar por instinto, ya que el estímulo era aplicado.

Sin ser más grosero que Keynes (quien consideró que los agentes de mercado estaban poseídos por "espíritus animales", especialmente durante las épocas de mayor efervescencia financiera, ya de subida o de bajada), este editorialista plantea la posibilidad de que Bernanke, así como otros tantos banqueros centrales, han tomado a partir de Pavlov para aplicar sus propios estímulos, logrando francamente sobre los agentes y el valor de los activos bursátiles casi lo mismo que el médico ruso logró.

En repetidas ocasiones se ha dicho no obstante, que tales funcionarios (es decir, los banqueros centrales) deberían incluir dentro de sus mandatos el monitorear, diagnosticar, medir y pinchar burbujas, pero una tarea como esa es no sólo engañosa, sino arriesgada: Al subir las tasas de interés o recortar el estímulo (que sería la forma convencional de desinflarlas), das al traste también con la esperanza de que el estímulo haga el trabajo más noble -y primordial- que tiene, que es el de incentivar la creación de empleos, la inversión productiva en maquinaria, equipo, inventario nuevo, redes y sistemas, infraestructura comercial e industrial, etcétera.

Los estímulos aplicados han sido multiformes, tanto los que provienen de la política fiscal (recortes de impuestos, gasto directo y devoluciones, por 3 trillones de dólares sólo en los países del G-20, más otro trillón del resto de países), como los de la política monetaria; sin embargo, es el llamado QE (siglas para quantitative easing, o inyección cuantitativa) el que causa mayor controversia y apasionadas opiniones sobre tanto su llegada, como su eventual repliegue.

Comenzando desde agosto del 2008, los bancos centrales de los países más poderosos del globo han aplicado un total de casi 8 trillones de dólares (para acumular 13 trillones en sus balances), casi todo en la forma de esta inyección cuantitativa directa sobre los mercados de crédito y bonos, causando con ellos un tsunami de liquidez que ha inflado el valor de la bolsa a nivel mundial muy cerca del pico previo en el 2007 (Estados Unidos ha generado un retorno en dólares de 142 por ciento acumulado desde su...

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