'Resistiré el Acoso'

Lic. Dulce María Sauri Riancho.

Presidenta del CEN del PRI.

Soy miembro del PRI, credencial en mano, desde enero de 1973; para cuando fui nombrado secretario particular del presidente del partido en 1989, había ya recorrido 16 años (los diez primeros de ellos en la Secretaría de Gobernación) de una carrera pública modesta pero ascendente, que alterné siempre con actividades partidistas. Y aun cuando esa militancia no estuvo marcada por fanatismos de ningún tipo, no puedo asumirla ya con el mismo vigor de siempre. La fuerza de mis convicciones se opone a esa vieja militancia sin vitalidad. Por ello hoy renuncio formalmente a mi filiación priísta.

No es posible seguir con un compromiso político tan sólo por la comodidad de la inercia o por las hostilidades aparejadas a la ruptura. Convencido de que al final es más duro sacrificar las convicciones, he decidido retirarme con dignidad. Me voy sin secretos que contar ni rencores que purgar; me voy con más esperanza en el futuro que con nostalgia por el pasado. Para fortuna de todos los mexicanos, las opciones para una participación política digna no comienzan ni se agotan en el PRI.

Para nadie es un secreto que desde 1995 estoy acampado en el perímetro del partido. Admito que conservé más tiempo del debido mis frágiles lazos políticos con el PRI, pero nunca ha sido fácil quemar las naves o superar la barrera psicológica de la militancia. Sin embargo, no me arrepiento; el retraso me ha dado la oportunidad de madurar la decisión y asumirla sin duda alguna, al margen del mero cálculo pragmático o de aspiraciones políticas insatisfechas.

Sería un engaño negar que se tienen aspiraciones cuando hay una vocación política de por medio y una trayectoria que las hacen razonables. Con el empeño de justificar ante mí mismo el retraso de la dolorosa ruptura, y convencerme de que la decisión -ya tomada- de renunciar al partido no era en ningún sentido una traición, sobrealimenté mis esperanzas sobre las posibilidades para una reinserción digna. Así documenté el último tramo de lo inevitable de mi decisión.

El proceso interno para la selección del candidato presidencial, con todo y las observaciones que se le pueden hacer, me despertó ingenuamente la ilusión de que nuevos aires soplaban en el partido. Sin embargo, lo sucedido a partir del 7 de noviembre ha renovado las dudas y la incredulidad sobre su proceso de cambio. El reforzamiento de las decisiones cupulares en el relevo de la dirigencia partidista y en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR