Rescatan casona del Siglo 19

AutorTeresa Martínez

La arquitectura norestense de una casona del siglo 19 es el atractivo de un nuevo café en el Centro de Monterrey, donde es común ver que las edificaciones antiguas son derrumbadas o abandonadas.

Desde hace tres meses, el inmueble localizado en Allende 895, en el Barrio Antiguo, funciona como café y restaurante.

Selene Velázquez, arquitecta y fundadora de Restáurika, detalló que la casa data de la segunda mitad del siglo 19 y fue construida con sillar de caliche. Su espacio actual representa la tercera parte de la construcción completa, que en algún momento fue dividida.

"Es entrar a un pedazo de la historia de la Ciudad. Estos muros tienen fácil más de 150 años, la tierra con la que se hizo el sillar, ¡siglos!", expresó la arquitecta.

"Ahorita está en auge rescatar nuestra identidad, volver a nuestros orígenes, saber de dónde venimos, quiénes somos, cómo se construía antes, ver la herrería, los aplanados, ver una casona norestense que se rescató de forma integral".

Cuando inició la restauración, ahondó, los muros estaban cubiertos con cemento, un material que no es compatible con el sillar.

Al retirar el aplanado encontraron rastros de un arco en la fachada y accesos en los muros laterales que fueron clausurados.

"La idea fue dejar los muros interiores expuestos sobre todo para que se pudiera leer la historia del edificio", detalló Velázquez.

También retiraron cemento y capas de pintura vinílica en la parte externa de la fachada.

Tras la restauración luce un aplanado de cal y arena. Algunos detalles en tono marrón fueron pintados con óxidos.

Una parte de los barrotes en los ventanales todavía tiene el decorado de la herrería original, y otros fueron emulados con resina en el que trabajaron el herrero Israel Reyes y la diseñadora industrial Lizbeth Villarreal.

Esto, indica Velázquez, para que los paseantes logren diferenciar lo restaurado de lo que todavía se conserva.

Aunque los muros están expuestos, la parte inferior tiene un guardapolvo de madera que es parte del diseño de interiores, realizado por la firma North, pero que no afecta la arquitectura antigua.

En la parte central del espacio hay un muro resguardado con vidrio que funciona como fuente y atraviesa las dos plantas del edificio.

"Lo interesante era que hubiera un diálogo entre lo antiguo y lo moderno. El acabado final de Belmonte responde a un eje de restauración interdisciplinaria", apuntó Velázquez.

"Se habla tanto de lo que ya no está y hemos llorado tanto que tenemos los...

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