Reposan en Catedral restos del Cardenal

AutorJessica Castañeda

En las raíces del altar de la Catedral de Monterrey descansan quienes en algún momento guiaron al pueblo católico de Monterrey. Ahí, desde ayer, ocupa una cripta el Cardenal Adolfo Suárez Rivera, Arzobispo emérito de la Ciudad.

Quince minutos después de las 18:00 horas, y acompañado de varios segundos de aplausos, el féretro gris que llevaba al primer Cardenal regiomontano, fallecido el sábado a los 81 años, desapareció de la vista de los fieles reunidos en Catedral, rodeado de un pequeño grupo de familiares y amigos cercanos que le dieron su final despedida.

Tras cuatro minutos de oración, el brillante ataúd gris fue bajado a una zona subterránea del altar con paredes de mármol rojo, conocida como las criptas, que despedían un suave aroma a manzana.

Los restos de 15 obispos y arzobispos de Monterrey son resguardados por un crucifijo colgado en medio de la pared del lado oriente del pequeño espacio, que recibe a sus visitantes con un mensaje en latín: "Aquí descansan los restos de los Obispos de Monterrey en la paz de Cristo, esperando su segunda venida".

La lápida de mármol blanco de 80 por 80 centímetros, que cierra la morada de Suárez Rivera, de 2.20 metros de profundidad, lleva en letras de bronce su nombre en latín, como indica la tradición.

El prelado descansa desde ayer junto a Alfonso Espino y Silva, el octavo Arzobispo de Monterrey y quien ideó, en la década de los 60, la...

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