El redondeo sí hace la diferencia

AutorKaren López

Llegar a la caja de un supermercado o tienda de conveniencia implica una pregunta inevitable: "¿quiere redondear los centavos?".

Aunque muchas veces la desconfianza, los prejuicios o el "fantasma" de la corrupción hacen a los clientes declinar la propuesta, lo cierto es que para las instituciones de beneficencia, esos 10, 15 o 20 centavos extra son una gran ayuda.

Ante la situación de apatía que se vive y la satanización que se ha hecho del redondeo, tres agrupaciones hablan sobre el impacto de decir sí al llegar a la caja.

CONTRA LA MALA REPUTACIÓN

Para Eugenia Palacios, procuradora de fondos de la Casa Simón de Betania A.C., dedicada a la asistencia de enfermos de cáncer, tuberculosis y sida, el redondeo ha sido etiquetado como una manera de desviar recursos o deducir impuestos, a veces sin fundamentos.

"Las empresas nos prestan su infraestructura y brindan a sus clientes la oportunidad de ayudar a otros. La empresa que apoya con el redondeo abre una subcuenta en su sistema de contabilidad y es aquí donde se van sumando los centavos donados", explica.

"Aunque le empresa haya prestado su infraestructura, el donante fue el público en general y, efectivamente, tiene que haber un recibo para justificar la salida de este importe de la cuenta de la empresa, por lo tanto no se puede deducir".

Los recibos pueden ser verificados por cualquier persona directo en las oficinas de la institución y también vía internet en la página del SAT, sólo es necesario el RFC de la institución beneficiada y revisar su informe de transparencia.

PROMOVER TRANSPARENCIA

Otras maneras de fomentar la credibilidad han sido las redes sociales y el contacto permanente con los benefactores, afirma Patricia Farías, procuradora de fondos en Unidos, institución que apoya a personas con discapacidad.

"Mucho lo comunicamos a través de las redes sociales, cada redondeo que nos autorizan, también a nuestros benefactores, tenemos una red donde a través de correos electrónicos se notifica de cada aportación", comenta.

Las mismas asociaciones están abiertas a compartir esta información y a promover la transparencia para que la gente se anime a donar.

"Si el donativo nos llega con etiqueta, que es cuando va destinado a algo en específico como comprar camas de hospital, nosotros tenemos el compromiso, aunque no nos los pida el benefactor, de mandar un reporte e incluso facturas para que sigan confiando en nosotros", menciona la procuradora de fondos de la Casa Simón de Betania A.C.

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