Rebelión petrolera en Reynosa

AutorMiguel Domínguez

EL NORTE/Tamaulipas

REYNOSA.- Jorge Pulido Avendaño se ha propuesto emular a "La Quina", perpetuándose en la sección 36 del sindicato nacional de trabajadores petroleros de la República Mexicana.

Pero en su primer intento por reelegirse, en las elecciones del 4 de octubre, encontró fuerte disidencia entre la base trabajadora.

Hubo dos planillas opositoras, quienes desconocieron la elección denunciando "alquimia electoral, artimañas, violaciones estatutarias, presiones, amenazas" de Pulido para seguir manejando el sindicato como patrimonio personal.

¿Quién es Jorge Pulido Avendaño?

Es conocido entre la disidencia petrolera como el "mapache mayor" del sindicato nacional, por sus habilidades para hacer ganar a los secretarios generales de secciones conflictivas, según Rafael Seguro Arévalo, su antagonista en la pasada contienda electoral sindical.

Pulido se desempeñó hasta hace tres años como "dedo chiquito" de Carlos Romero Deschamps, según Silvestre Rodríguez Arévalo, también candidato.

Llegó a Reynosa para relevar en la secretaría general a Enrique Yáñez, quien cumplió su mandato en diciembre de 1997.

Para entonces, Pulido cumplía 39 años en el sindicato nacional, a veces se desempeñaba como vocal, otras como secretario de Trabajo, Estadística o de lo que fuera, pero siempre pegado a Romero Deschamps y siempre con la misma misión: hacer ganar a los dirigentes seccionales del gusto del Comité Ejecutivo, acusa Segura.

"Su última intervención como 'mapache mayor' del sindicato petrolero fue en Comalcalco, Tabasco, durante 1997, donde con todo y voto secreto su alquimia superó a la disidencia sindical, de eso ya estamos hartos, ojalá que el nuevo gobierno federal modifique la Ley y obligue a los sindicatos a hacer elecciones libres, secretas y transparentes", recalca.

Impulsado por Yáñez, Pulido llegó a Reynosa en noviembre de 1997: prometió unificar a todo el gremio, hubo planilla de unidad y fue candidato único.

"Traía fama de que manejaba el sindicato nacional y nos fuimos con la finta", confiesa Graciano Aldrete, un trabajador petrolero disidente del sindicalismo oficial.

Desde el momento en que ganó, Pulido mostró que su principal preocupación era amasar fortuna y en lugar de cumplir compromisos, dividió al gremio, hizo su propio equipo y empezó a amenazar a quienes osaban cuestionarle sus promesas.

"Llegó a pié y ahora ya es todo un empresario, o más bien un cacique del sindicato, cree que es de su propiedad", explica Oscar Aldrete...

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