Rebanadas / Vete temprano

AutorCony DeLantal

Ya me habían platicado del relativamente nuevo Hotel Gamma (que abrieron hace año y medio en la mera Presa de la Boca) y su bonito restaurante con jardines y vista espectacular, ideal para desayunar, pero, por angas o mangas, no había podido darme el tiempo. "Angas" y "mangas" son por supuesto las excusas que siempre pone mi marido para no llevarme.

Por fin este Domingo de Resurrección me pareció que era el momento familiar perfecto para ir a conocerlo, como premio de consolación PO esas vacaciones que nos "ahorramos" gracias a la pandemia. Volviendo a las excusas de mi marido, éste es otro al que también le cayó como anillo al dedo el Covid. Nomás vete temprano, me advirtieron, porque el lugar se súper llena a media mañana.

Pues más fácil resucitó Jesucristo que mis hijos. Me queda claro que ningún cerebro mexicano tiene la capacidad de asociar las palabras "temprano" y "domingo" en una sola oración, menos si está en su etapa adolescente.

La noche anterior, uno de ellos llegó a preguntarme con esa tierna carita de gato de Shrek que le sale muy bien: "¿Mami, puedo invitar a dos amigos?". Claro mijo, pero nomás dos, acuérdate que seguimos restringidos con las reuniones. Acto seguido había 18 muchachitos en mi casa y yo ya me estaba imaginando que el próximo que timbraría sería De la O con una orden de desalojo.

Me vi tentada a marcarle yo misma a la Guardia Nacional. Era la medianoche y mis negociaciones para acortar la fiesta iban peor que las de Ebrard con las vacunas. Con mi marido ni cuento. Lo único que hace son berrinches y rabietas sin estrategia alguna, muy al estilo del tío Mau, hasta que se queda dormido viendo la tele en el sillón, con la cabeza colgando como diputado en curul.

Obvio que nadie se levantó. Y el trayecto a la presa se convirtió en una bonita convivencia familiar entre ronquidos y reclamos que culminó en la inminente llegada tarde, acompañada de la clásica verborrea mañanera de mi marido, donde todos tienen la culpa menos él, igualito que ya sabes quién.

El jardín es sin duda lo que desquita la vuelta hasta allá y lo primero que vas a encontrar saturado si se te ocurre presentarte después de las 11 am. Yo intenté reservar, pero no se pudo. A como vayan llegando, me dijeron. No hay de otra, ¡vete temprano! Y que Dios te bendiga en el intento.

A pesar de que el restaurante también es bonito por dentro, la experiencia es mucho más atractiva allá afuera, en un bello entorno de naturaleza y armonía arquitectónica que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR