Rebanadas / Último tirón

AutorCony DeLantal

Acabo de leerlo. Estudios recientes indican que las mujeres con sobrepeso llegan a vivir más que los hombres que se los hacen notar. Así es que ustedes calladitos, porque además esto no se acaba hasta que se acaba.

Último tirón del Lupe-Reyes. No te me rajes manita, acuérdate que la fase de arrepentimiento y falsos propósitos comienza hasta el lunes después de la rosca. Y te recomiendo la de chicharrón de la Ramos para que cierres con broche de oro. Luego te peleas con los demás cierres.

Por lo pronto seguimos en zona de tolerancia y yo te tengo dos descubrimientos fenomenales, un par de restaurantes cercanos entre sí, por los rumbos del Centro, novedosos y peculiares, inspiradores y hasta románticos.

O sea que ya vete preparando para el otro maratón, el Vale-Madres (San Valentín-Día de las Madres). Es la cuarta transformación de la que tanto se ha hablado. En este caso la de tallas porque seguirán llegando muchos restaurantes que habrá que ir a probar.

Por lo pronto te recomiendo estos dos que descubrí. Uno se llama Marduk y está en Padre Mier -¿padre? ¡padrísimo!- del lado poniente, casi en la esquina con Venustiano Carranza.

Qué grato descubrimiento. Es una hermosa casona (la de Adolfo Prieto dicen, de los fundadores de Fundidora) que acondicionaron como restaurante y mezcalería, con un cuartito para sastrería y otro buen espacio de galería.

Yo diría que toda la casa es arte. Una verdadera joya arquitectónica al servicio de la gastronomía. Brutal la ambientación que lograron con esa mezcla de pasado y presente, donde pisos y paredes del ayer se realzan con la iluminación y tecnología de hoy.

El área de restaurante tiene una atmósfera bien planeada para esa cena de tintes pasionales que ya pronto vas a tener que ir tramando. De hecho, anótate de una vez a Marduk en tus prioridades para el 14 de Febrero.

Y si te gusta el mezcal, también hay un cuarto de juegos para ti, con una buena exhibición de botellas y una enorme lista de opciones artesanales, incluyendo pulques, aguardientes y demás menjurjes de alto octanaje, que Edwin, originario de Oaxaca, te va sugiriendo de acuerdo al grado de embrutecimiento que quieras lograr. Se dice mixólogo, pero yo más bien le llamaría huachicólogo.

Mi marido se dio vuelo porque ya sabes que le encanta el mentado mezcal. A mí la cocina. Y pues también me di vuelo. Entonces así nos la llevamos, él mezcaleando y yo mascando.

El menú de Marduk es esencialmente mexicano, con fuerte acentuación oaxaqueña y...

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