Rebanadas / ¡Taa, taaa, taaaa!

AutorCony DeLantal

¿Te acuerdas de Jirafales? No tarda en empezar a gritarnos igual de exasperado nuestro doctor de la O (de la obsesión): ¡ta, ta, ta... tapabocas, tapabocas, tapabocas! Y luego viene el castigo: ¡nadie sale! ¡Se quedan sin recreo!

¡Nooo par favaaar! ¡No quiero regresar a la infamia de la comida a domicilio! Por amor de Dios, ponte el tapabocas (ya hay muchos muy fashion), pisa el tapetito (aunque de nada sirva) y no hagas bola a lo menso, porque acuérdate que no queremos encabritar más al doctorcito, que ya amenazó con cerrarnos (y encerrarnos) todo (y a todos) -otra vez- si no nos portamos bien.

Plis, plis, plis, en nombre mío y de todas las gastro-socialités del mundo, te pido que no le botemos el tapón al Dr. Jekyll. Créeme que yo ya no te sobrevivo otra jornada de tacos fríos, panes duros y hamburguesas que llegan hechas capirotada por culpa de un Uber.

Prueba de las enormes diferencias que hay entre vivir una experiencia presencial -y sensorial- con un platillo que llega a tu mesa recién hecho y bellamente decorado, versus la lastimosa degradación que sufre por andarlo paseando y zangoloteando una hora envuelto en cartón o poliestireno, son esos waffles (en Metropolitan, junto a los cines) bien belgas, o sea, tan auténticos de Bélgica, pero también tan -según yo- maravillosos, de los que quedé de platicarte esta semana.

Maravillosos si te los comes ahí, en el local de BeWaffle, pero una vez que los pides para llevar, corre tiempo en su contra y llegan tiesos a tu casa. Lo comprobé recordando las propias palabras de la encargada, esas que me dijo quejándose de la situación: "La cosa se puso dura". Estuve tentada a llamarle cuando llegué con el waffle a mi casa. Tenías razón criatura, la cosa se puso dura.

La harina es muy buena porque se la traen de allá de Bélgica, pero es tan naturalita, y no sé si llamarla naturalita, pero el caso es que no te aguanta la paseada, tal vez porque no está atiborrada de conservadores.

Insisto, pierden mucho si no te los comes ahí mismo, así es que si no encuentras mesa, cómetelo en el pasillo, o en el cine (también se puede) o en el cofre de tu carro, con sana distancia y bla, bla, bla, pero cómetelo en caliente, como dicen los chavos.

Y ora sí aplica literal lo de "en caliente" para que lo disfrutes. No te lo lleves, repito, no te lo lleves a tu casa porque la enfriada y la recalentada desguaflan el waffle.

El negocio lo abrió una pareja joven -típica historia de mexicana conoce belga- que vivió allá y...

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