Rebanadas / Pone su granito la Arena...

AutorCony De Lantal

Pues no nomás Juan Gabriel; todos salimos llenos de arena de la recién inaugurada, mas no terminada, Arena Monterrey. ¡Ah, qué terregal! Solamente les alcanzó para dejar "chalpaqueado" el escenario y lo demás quedó en calidad de obra negra.

De lo que también salimos hasta el copete fue de tráfico. El atoradero a la hora de entrada estuvo descomunal. Entre la poca señalización que había para las entradas y esas calles que no le dan batería a un lugar con aforo de 17 mil almas, toda el área de Cintermex fue un macro "desmoder".

Más de una hora hicimos mi marido y yo desde la curvita de Constitución hasta el estacionamiento por Madero. ¡Ni para McAllen me aviento esas colas!

Ahí íbamos avanzando a paso de tortuga y preguntando de puerta en puerta si nos correspondía esa entrada. "No, aquí no es, déle más para allá", "no, esta puerta es para la Expo Standard". ¡¿Cómo?! ¿Encima hay una expo aquí? ¡No manchen!

Después me enteré que esa noche había de perdida otras cinco mil gentes queriendo llegar a la venta especial por invitación de la Mueblería Standard... ¡Jijos de la zumbada!, ¡pónganse de acuerdo! Esas calles no dan para dos fiestas juntas.

Mi marido venía bufando en el carro. Si de por sí me costó trabajo convencerlo de ir a ver a Juan Gabriel... Nombre, ya me andaba. Repartió madres hasta para Ciudad Juárez.

¡Ah!, pero Juanga es Juanga y con su espectáculo nos conquistó a todos. Los elementos se conjugaron para que la noche fuera mágica: El lleno total, la majestuosidad propia de ese recinto, el mariachi, la fiesta, la nostalgia y, sobre todo, los aspavientos, manoteos y derroches de emoción que nomás a este divo le brotan... Con decirte que hasta mi marido salió meneando cadera al ritmo del "noah noah". ¡No que no, chiquito!

Y de verdad que, con todo y que no estaba terminada, la Arena Monterrey contribuyó enormemente a que el espectáculo fuera muy disfrutable. En primer lugar, al ser un foro cerrado y envolvente logra que el público acabe bien prendido y, además, todo está súper cómodo, muy a la mano, principalmente los baños, que en el Auditorio Coca-Cola están a distancia de accidente. Retiradísimos.

Igualmente ir por un snack allá es toda una aventura. Llegas a tu asiento con media cerveza y sin queso en los nachos; el resto quedó en el regazo de toda la fila.

Ya terminadita, esta Arena va a ser una chulada, con tecnología de primer nivel y muchas comodidades que no teníamos en un recinto de esta naturaleza.

Lo único que de plano les...

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