Rebanadas / Novedades de Nuevo Sur

AutorCony DeLantal

El tema de hoy es esa miniciudad que nos acaban de fundar en los terrenos donde estuvo Lamosa (por la Avenida Revolución), que hoy exhibe una interesante revoltura de tiendas, restaurantes y depas, conviviendo de cachetito en un entorno moderno y cosmopolita, donde supongo que habrá reglas muy estrictas para que los que vivan ahí no cuelguen las toallas en los barandales y los chamacos no se salgan a orear los guayabitos al balcón.

Por lo pronto luce todo muy mono, ponle que a medias, porque todavía no está completamente terminado, pero eso sí, ya hay suficiente gastronomía como para ir abriendo el apetito.

Hasta parece que el Grupo Alsea se adueñó del changarro porque montó aquí todo su teatrito, desde el típico Starbucks y Domino's hasta las añoradas franquicias que todos los aquí presentes estábamos esperando con requetehartas ansias y escozor en las papilas. Chan, chan, chan, chaaaan: Olive Garden, California Pizza Kitchen, Red Lobster y P.F. Chang's.

Bienvenidos a la ciudad de las montañas (y de los baches y los choques y la pésima urbanidad, pero eso no lo decimos en voz alta, no sea que se nos quieran regresar).

Sépase que con su llegada ya nos sentimos tipo que taaan aliviados, porque ¿cómo es posible que en la capirucha y en otras varias ciudades de México ya estrenaron todos esos restaurantes y nosotros, que estamos tan cerquita de McAllen, que somos casi gringos y tan cosmopolitas, no pudiéramos tener un méndigo Olive Garden y nuestro propio Red Lobster? Eso no es cosa de Dios.

Claro que todavía no quedan listos, pero ya casi, casi. El Olive anunció que para el próximo miércoles empieza y el Red Lobster se supone que para el 26 queda. Changuitos.

Por lo pronto te paso el chisme de los que ya están jalando, que son el P.F. Chang's y el California Pizza Kitchen, franquicias que estaban en todo el mundo, menos en Monterrey. Pero no crean que estoy sentida, gachos.

A fin de cuentas nuestro P.F. Chang's quedó fregón, con sus típicos caballos gordos en la entrada y una ambientación moderna y elegante que no deja de lado su corte oriental. Dócil a la pupila y amigable con la anatomía. O sea, bonito y cómodo para que me entiendas.

Te reciben con mucha amabilidad y disposición, pero un poco acartonados, con un guion que se nota muy ensayado. De hecho la muchachita que nos atendió olvidó sus instrucciones en la mesa, donde venía todo lo que no debe olvidar, empezando por las propias instrucciones: cocteles caros...

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